Viajes

Algarve (Portugal)

Praia da Rocha y Ponta da Piedade

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Bonita fotografía de la Praia da Rocha, en Portimao.

Ponte de Piedade, con grandes acantilados de roca que albergan cuevas marinas.

La Praia da Rocha y la Ponta da Piedade son dos de los parajes más espectaculares del Algarve portugués. De cara al océano Atlántico, la Rocha es un inmenso arco de arena dorada decorado por acantilados, rocas salientes e islotes. Más allá, la Piedade, una protuberancia rocosa que hace siglos guiaba en su regreso a los navíos de la Corona portuguesa y que presenta una tonalidad rojiza desgastada por el mar en un acantilado que esconde misteriosas cuevas marinas.

Situada en la margen derecha de la desembocadura del río Arade, próxima a la villa de Portimão, la playa da Rocha acogió hasta hace pocas décadas un pequeño pueblecito pesquero cuya flota faenaba en las inmediaciones de la punta de la Piedade, pero dejó su vocación pesquera para convertirse en uno de los centros turísticos más importantes del Sur portugués. Sobre el acantilado que baja a la playa se han construido modernos complejos urbanísticos, paseos y miradores, desde los que se advierte la inmensidad del océano. Uno de esos miradores queda a mitad de camino de la población turística, al lado de la avenida Tomás Cabreira. El mirador se alza sobre una gran mole rocosa de tonos rojizos y ocres que separa la Rocha en dos. A la derecha se extiende un litoral salvaje, moteado por abollamientos pétreos, minúsculos islotes y deliciosas calitas que quedan al descubierto cuando la marea está baja. La playa se ensancha dos kilómetros hacia Poniente hasta una zona donde los acantilados imposibilitan el asiento de la arena.

FORTALEZA DE SANTA CATARINA
La gran roca sobre cuya calva toma asiento el mirador comunica las dos playas por dos entradas horadadas por la erosión del agua marina. A ambos lados del mirador hay escaleras de piedra que bajan hasta la orilla. La playa de Levante es más animada y bulliciosa que la de Poniente. Sobre sus acantilados se concentran la mayor parte de hoteles, restaurantes y centros de animación de la Rocha. La playa dibuja un arco perfecto, ancho y espigado, hasta los diques que cierran la desembocadura del río. Cuatro rocas desiguales motean la orilla. Numerosas pasarelas bajan hasta la zona de playa, que en horas de marea baja se ensancha hasta los cien metros mar adentro. La avenida Tomás Cabreira conduce hasta la fortaleza de Santa Catarina. El baluarte, que ocupa un promontorio desde el que se divisa una fascinante panorámica de la ría, la playa y el océano, fue construido en 1621 por el ingeniero Alexandre Massay.

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