Tierra fría, corazón caliente

Otro de los lugares más visitados por su espectacularidad es la catarata de Gullfoss (en el Parque Natural de Thingvellir), las más grande de Europa. Pero si quiere disfrutar de una experiencia verdaderamente inolvidable, coja un barco en Skalfandi y dispóngase a admirar la gran cantidad de ballenas y delfines que, en esta parte del Atlántico Norte, casi se pueden tocar con los dedos. Y todo ello en medio de un paisaje marino donde también se pueden admirar sus bellísimos fiordos.

Pero, si a usted lo de navegar no le hace mucha gracia, puede realizar una excursión a lomos de los típicos caballos islandeses (pequeños de estatura y peludos, pero muy fuertes), que fueron traídos a Islandia por los vikingos en el siglo IX. Un paseo por la playa, la montaña o una excursión a los géiseres y volcanes, es una maravillosa manera de conocer este país.
Y si quiere practicar la pesca del salmón, tenga la seguridad de que Islandia, con sus más de 100 ríos y lagos, es un verdadero paraíso para los amantes de este deporte, que entre los meses de junio y septiembre atrae a pescadores de medio mundo.