Las cuevas de Pozalagua

Las Encartaciones

Un paisaje verde y montañoso acompaña al río Karrantya en su tránsito entre Bizkaia y Cantabria. Este valle, situado al noroeste vizcaíno, guarda en su municipio una excelente muestra de la vida rural vasca. La escasez de vías de comunicación lo alejó del desarrollo industrial. La entrada al valle es franqueable desde Cantabria a través de un pasaje pétreo espectacular formado por las peñas del Mazo y Rimero, allí retendrán nuestra atención muchos rincones diseminados entre sus abundantes pueblos, entre los que sobresalen poblaciones tan señeras como Balmaseda, capital de la comarca, con su iglesia del siglo XV; su Casa Consistorial, el renacentista palacio de Buniel o el lamoso puente románico; Lanestosa, que presenta un casco urbano de estructura medieval, casonas con corredores y diversos palacios de los siglos XVII y XVIII; o los Baños de Molinar, con su antiguo balneario, que ofrece el atractivo de un típico caserío vasco-francés.

Los dólmenes, abundantes por todo el paisaje rural, y cuevas como la de Venta Laperra, con sus pinturas prehistóricas de bisontes y osos, son la huella de sus primeros pobladores, mientras las casas-torre atestiguan las guerras medievales entre los diferentes linajes del valle. Junio a ellas, las casas del más puro estilo montañés cántabro adornadas con grandes balconadas y los singulares palacios de indianos.