Las teorías previas al gran día
Es inevitable que, en cuanto se anuncia una boda tan mediática como esta, comiencen las apuestas en torno al vestido de la novia, y la primera pregunta es quién lo firmará. En el caso de la actual duquesa de Sussex, se barajaban nombres de firmas británicas tan potentes como Victoria Beckham, Erdem, Roland Mouret, Sarah Burton o Ralph & Russo. Incluso en algunos medios británicos se barajó que uno de los diseñadores del vestido de Diana de Gales, David Emanuel, fuera el elegido porque días antes de la boda fue visto en Windsor.
Sin embargo, Meghan siguió la tradición de apostar por una diseñadora inglesa... aunque no como se esperaba. Fue Clare Waight Keller, la primera directora artística de Givenchy, la elegida para crear este look histórico. Por lo tanto, a pesar de que la firma sea francesa, su artífice era de Birmingham.
Según desveló la Casa Real, ambas se conocieron a principios de 2018 y estuvieron meses trabajando mano a mano para conseguir reflejar la personalidad de la novia en un modelo histórico que sería analizado con lupa por millones de personas en todo el mundo.