Mientras que hay novias que, al apostar por vestidos sencillos, quieren optar por joyas XL o detalles más cañeros, Inés nos cuenta que prefirió seguir con la misma línea minimalista del resto del estilismo. "Yo no suelo llevar muchas joyas en el día a día porque es muy incómodo al trabajar en un hospital. No quería sentirme muy recargada. Llevaba unos pendientes, regalo de Juan, de oro blanco con diamantes, mi anillo de pedida de Godiam -una joyería familiar de Coruña-, y un colgante que me regaló mi madrina unos días antes de la boda".
Como nos cuenta, los protagonistas en cuanto a los accesorios fueron sus zapatos, "unos Jimmy Choo con perlas que daban el toque ideal". Eso sí, como nos cuenta, divertida, entró al banquete con ellos en la mano porque no podía más, y su ya marido no dudó en cogerla en brazos para hacer el momento aún más inolvidable. "Pensé que mi padre me iba a matar, pero era mi día".
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