Cocina Ext.

Una comida a ciegas

El último grito culinario berlinés es comer en un restaurante completamente a oscuras

Todos los camareros que trabajan son invidentes.

Utilizando el plato como reloj, se indica a los comensales donde están los cubiertos.


Dice un viejo proverbio que muchas veces ‘comemos con los ojos’, pero este dicho no vale para el Unsicht-Bar (bar invisible), un restaurante en el que se come en la más absoluta oscuridad. A través del oído, el olfato, el tacto y el gusto, los comensales tienen que orientarse en este local de moda berlinés.

El cliente elige antes de entrar en el salón del restaurante lo que va a consumir, porque en el momento que pase por el oscuro pasillo que le conducirá a su mesa dejará de ver hasta que termine su apetitosa comida; en ningún momento podrá observar lo que se está llevando a la boca, sólo su gusto se lo podrá indicar. Eso sí, contará con la ayuda de uno de los camareros invidentes que le acompañará en todo momento y le indicará donde tiene situada cada cosa: “El cuchillo está a las tres”, “el vaso, a la una”... Tomando el plato como la esfera de un reloj, la dirección de las agujas les sirve para orientar en todo momento a los comensales.

A más de un cliente se le han crispado los nervios, pero muchos aseguran que es una experiencia única y una manera de poder entender cómo viven los ciegos, los únicos que en este lugar se sienten seguros de donde pisan.

Este proyecto ha sido puesto en marcha por la Asociación de ciegos alemanes y por otro grupo de ayuda a los invidentes, que pretenden dar una oportunidad más de ganarse la vida a las personas que no ven y concienciar al publico sobre esta discapacidad.

Hasta el momento, el local está lleno todos los días y la curiosidad sigue animando a muchos berlineses y turistas a degustar un menú a ciegas. Pero no es el primer restaurante de este tipo que se abre en Europa, el primero, llamado Blindekuh (‘La vaca ciega’), nació en la ciudad suiza de Zurich y ha tenido tanto éxito que, si quiere mesa, tiene que reservar con tres meses de antelación.