Un castillo de cuento que encuentra en el estilo nórdico un buen aliado ‘deco’

Esta vivienda palaciega del siglo XVII, propiedad de Knud Erik Hansen, CEO de la firma de mobiliario Carl Hansen & Son, entra en el siglo XXI luciendo un ‘look’ nórdico 100%, que combina tradición y modernidad de manera natural, sin sorpresas estilísticas, pero llena de encanto y personalidad. Situada en la isla de Fionia (Dinamarca), se trata un lugar histórico realmente especial e, incluso, de cuento de hadas, ya que allí nació el famoso escritor Hans Christian Andersen. 

La vivienda es un reflejo de los valores y las señas de identidad de la firma danesa: una combinación de simplicidad, estética y funcionalidad, tras la cual se encuentra una mano de obra experta (la artesanía es parte de sus creaciones) y excelentes materiales. Sus muebles, verdaderos iconos de diseño, situados estratégicamente en los ambientes impregnan cada rincón de emoción y personalidad.

Aunque la mayoría de los muebles son de Carl Hansen & Son, entre los que se incluyen ediciones especiales y prototipos únicos, el amor de los propietarios por el mobiliario hermoso y funcional les ha llevado a comprar también piezas especiales de otras marcas y artesanos, lo que produce ambientes únicos y exclusivos, gracias a esta original combinación. 

Rodeado por un bastión y un hermoso jardín con árboles centenarios, al tratarse de un castillo del XVII, perteneciente al patrimonio cultural danés, Knud Erik y su esposa Inger han tenido que seguir ciertas reglas en su restauración, como mantener el mismo color de las paredes usados en su construcción, lo que mantiene vivo su espíritu original.

Con un ambiente de cuento encantado y un diseño atemporal, la casa está impregnada de un ambiente minimalista y tranquilo pero cálido y acogedor, como este rincón de lectura situado junto a la ventana, en el que no falta nada, ni la lámpara de sobremesa ni la mesita auxiliar para dejar el libro o las gafas ni las plantas, una de las señas de identidad del estilo nórdico, que proporcionan una pincelada de frescura y de color.

Escondida en el campo de la isla de Fionia, la tercera isla más grande de Dinamarca,  conocida por su exuberante y montañoso paisaje, la casa tiene cuatro pisos: una planta baja, un primer piso, un segundo piso y un ático. Incluye dos cocinas, varias salas de estar, comedores, un dormitorio principal, muchas habitaciones y un maravilloso salón. En esta caja clásica con paredes de colores, techos blancos y frisos de madera, los muebles de diseño de la marca, que nació en esta isla danesa, configuran ambientes llenos de estilo, sencillos y muy prácticos, como este aparador con cajones y puertas.

Amplia y luminosa, la cocina de esta planta (en total hay dos) cuenta con una gran isla central en madera, que alberga la placa, el fregadero y una zona de almacenaje, y un comedor de diario para seis personas, iluminado por una lámpara de techo de color blanco. El parquet se ha sustituido en esta estancia por un cerámico, un pavimento más resistente al agua y las manchas.

Bañado con la luz natural que entra por sus ventanas, el comedor principal se organiza alrededor de una gran mesa en madera y ocho sillas de color negro. Un binomio cromático, que aporta una nota de personalidad a esta estancia vestida (casi) exclusivamente de blanco. Una alfombra XL ayuda a delimitar el espacio en el ambiente, al mismo tiempo que lo hace más acogedor y entrañable.

Totalmente blanca, la escalera que comunica las distintas plantas multiplica la sensación de amplitud y luminosidad, elevando la altura de los techos y expandiendo la luz. Además, se ha aprovechado el descansillo entre los pisos para crear un coqueto rincón, donde leer o tomar un respiro mientras subes al ático. Llama la atención la colección de miniaturas de algunos de los muebles emblemáticos de Carl Hansen & Son.

Con el techo abuhardillado y vigas de madera, la planta superior gana en calidez, en parte, también, al color del mobiliario que se oscurece. Con un espacio único que alberga salón-comedor, las alfombras ayudan a delimitar los ambientes, al mismo tiempo que potencian la sensación de hogar. 

Con parquet blanco y una bella colcha, este dormitorio del piso superior es perfecto para el descanso. Sin apenas muebles, destaca una librería baja colocada junto a la ventana y una butaca con una mesita, que puede hacer las veces de descalzadora o de rincón de lectura.