Jenny Simpson, la compradora compulsiva de lujo que gastaba mil euros a la semana en ropa que nunca usó

Heredera de una gran fortuna, era clienta habitual de las tiendas más exclusivas de Londres y Nueva York y llegó a acumular una colección de 500 pares de zapatos

Por Ana Merodio

Fue el pasado mes de junio cuando la vida de Jenny Simpson, una millonaria inglesa asentada en el condado de Suffolk, se apagó para siempre a los 89 años de edad, sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando se ha descubierto, que esta mujer, que heredó una gran fortuna familiar, era una compradora de lujo compulsiva que gastaba 1.000 euros semanales en ropa, que jamás se ponía, y que fue acumulando en las tres residencias que poseía. 

VER GALERÍA

Asidua a las tiendas más exclusivas de Londres y Nueva York, Jenny fue almacenando a lo largo de su vida abrigos, vestidos, jerséis, sombreros y hasta una colección compuesta por más de 500 pares de zapatos, que ahora sus herederos han decidido subastar con el objetivo de recaudar fondos para el cine independiente de la ciudad costera de Aldeburgh, donde Jenny residía, y al que mostró su apoyo a lo largo de su vida. Sin embargo, los artículos que se han puesto a la venta son solo un tercio de lo que esta rica heredera poseía, pues el resto aún continúa guardado en un garaje a la espera de ser clasificado. 

Descrita en su obituario como una “devota de su ciudad natal”, Jenny jamás contrajo matrimonio y aunque era habitual verla asistiendo a diferentes fiestas jamás fue ella la anfitriona de ninguna de ellas y nunca invitaba a alguna de sus residencias, quizás para que estos no descubrieran la gran cantidad de ropa que iba acumulando.  

VER GALERÍA

Además de sentir pasión por la ropa de lujo, la misteriosa heredera coleccionaba ceramica francesa, asi como articulos de papeleria antiguos y era asidua a realizar viajes a bordo del trasatlántico Queen Elizabeth 2 que desde desde 1969 a 2008 la ruta de Southampton, Reino Unido, a Nueva York, Estados Unidos.

A Jenny le sobreviven su hermano Robin, sus sobrinas Anna y Kate y sus sobrinos Charles y Hugo,quienes han confesado publicamente que la echaran mucho de menos. Para su funeral, los familiares pidieron que no se enviaran flores y que se hicieran donaciones a la Royal National Lifeboat Institution, una organización de caridad que salva vidas en el mar en las costas de Gran Bretaña, Irlanda, las Islas del Canal y la isla de Man.