El Laberinto de Peñíscola es de planta fija y de tipo multicursal, es decir un laberinto para perderse, pues en su trazado existe la capacidad para elegir entre distintos caminos, con la posibilidad de que el tomado no nos lleve hacia el destino o incluso conduzca a callejones sin salidas. Y además en esta tipología existen lo que se denominan «islas», que son secciones dentro del laberinto que no están conectadas al perímetro. El otro tipo es el unicursal, el que de la entrada a la salida no es necesario, ni posible, tomar ninguna elección durante el recorrido.
Una ruta de Peñíscola a Oropesa sin perder de vista el mar