Es algo que siempre apetece. Un trago creativo, sofisticado y refrescante que no precisa motivos de celebración. Hablamos del cóctel, ese gran invento que sirve, sencillamente, para ver la vida de otra manera, más alegre y llevadera.

Madrid es una ciudad de referencia en el arte de la mixología. De un tiempo a esta parte, los locales donde recrearse con cócteles de autor se han multiplicado como setas. La capital, que sabe mucho de nocturnidad y alevosía, lleva años rendida esta mezcla de arte, oficio y picaresca que tiene el mundo del cóctel. Un mundo que trasciende al de una simple bebida para encerrar consigo una liturgia que va desde el mismo vaso donde se sirve al ambiente en el que se degusta y la música que se escucha.  

Recorremos las coctelerías más cool de la que comúnmente se conoce como la ciudad de los gatos (¿será por su capacidad para exprimir la noche?). Los templos más novedosos en los que encontrar las mezclas más ricas y originales.

MOMUS

Un bar a pie de calle con el que la coctelería clásica se agita, se venera y se reinventa a base de combinaciones inesperadas y con muchas dosis de ironía. Con semejante carta de presentación abrió sus puertas hace apenas unos meses este local regentado por Alberto Fernández (autor de la carta de Saddle), caracterizado por un toque canalla y cierta aura teatral. Momus, en pleno barrio de Chueca, está abierto a todos los públicos y funciona a la vista de sus clientes, a los que tan sólo ofrece 'la magia de los sabores'. Es decir, que no hay refrescos, ni cervezas, ni vinos, ni tampoco carta de comida. Tan sólo cócteles. Más concretamente, clásicos reversionados con técnicas actuales. Eso sí, en este showcooking líquido el público puede llevarse los platos de otros restaurantes de la zona.

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MANERO

Avalada ya como una de las coctelerías de referencia desde su apertura hace apenas dos años, este bar de estilo neoclásico ha hecho de su ambiente sofisticado, sus ricas tapas y su servicio sobresaliente un refugio castizo perfecto a medio camino de la taberna, la vermutería y las boites de la Europa de principios del siglo XX. Un punto de encuentro del moderneo, en definitiva, en cuya versatilidad siempre suceden cosas. Emplazado en el barrio de Salamanca, a pocos pasos del Retiro y de la Puerta de Alcalá, Manero es el uno de los locales más divertidos de la capital puesto que su amplia oferta incluye también un club de música en vivo con conciertos y shows casi privados de artistas emergentes, en el marco íntimo y exclusivo que se crea cuando las luces bajan y la magia se enciende.

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SAVAS BAR

Dicen que en su barra, alejada del glamour hueco y abierta a la multiculturalidad, se encuentra el trago perfecto. Detrás de ella están Gintas y Dovi, una pareja de lituanos que han venido a confirmar que también en el barrio de Lavapiés, tan alternativo y desaliñado, se pueden tomar ricos cócteles. Experiencia les sobra a ambos: Gintas ha sido responsable de las bebidas de Sudestada, mientras que Dovi lo ha sido del equipo de Punto Mx. El caso es que Savas Bar es más que un negocio íntimo y tranquilo: toda una coctelería de autor con creaciones que, para muchos, se cuentan entre las más deliciosas de Madrid. Sus cócteles siguen la senda clásica, la de toda la vida, pero a un nivel muy top.

DPICKLE ROOM

Una barra de neón rojo ilumina este sorprendente local, semioculto en el sótano de Dspeak, allí donde confluye el talento del chef Diego Guerrero (dos estrellas Michelin) con la creatividad del bartender Diego Cabrera (presente en la lista de las personas más influyentes del planeta en el mundo de la coctelería por Drinks International). El resultado, claro, solo puede ser una coctelería sorprendente en la que, además de vinilos y guitarras (una curiosidad atípica) se pueden adquirir ricos tragos como Electric Panda (a base de Bombay, cordial de vino blanco con hibiscus, raíz de galanga y pimienta rosa), acompañados de pinchos exquisitos. Una combinación única en una cotelería sorprendente.

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ZÍNGARA

El nomadismo y el espíritu libre, características principales de la cultura gitana, inspiran la flamante apertura de este espacio en plena plaza de la Salesas, epicentro de las últimas tendencias en gastronomía y diseño de Madrid. Un local que es más que un restaurante vegetariano de autor firmado por chef Maximiliano Rossi: sus cócteles a cargo de Mario Villalón, Roberto Castán y François Monti, artífices de Angelita y Amarguería (dos de los iconos de la mixología en Madrid) están dando mucho que hablar en la escena nocturna. Acorde con una estética que traslada a ese París del siglo pasado en el que la cultura gitana estaba muy presente, su carta ha creado una oferta muy personal con sabores complejos como el del Rose, el cóctel parisino más popular de los años 10.

PADRINO COCKTAIL BAR (Only You Hotel)

Es el afán del Only YOU Boutique Hotel por potenciar la conexión entre gastronomía, arte y ocio el que ha dado luz a este nuevo local emplazado en una antigua librería de 1915 que conserva la fachada y el encanto de su interior. Padrino Cocktail Bar es el lugar donde deleitarse con los cócteles de autor de Iván Talens, un bartender reconocido a nivel internacional que ha revolucionado la escena mixológica con creaciones como Barquillo Cooler (Brandy, canela, bitter chocolate, naranja y ginger ale) o Aire Mediterráneo (con ginebra, vermut dry, jugo de lima, miel,romero y espuma de hinojo). Todo ello en uno de los espacios de un hotel famoso por su decoración rupturista y por emplazarse en una zona emblemática, a pocos meros de Chueca y el Paseo de Recoletos.

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ISA (Four Seasons Hotel)

El hecho de estar alojado en uno de los hoteles más lujosos de Madrid, el despampanante Four Seasons de la plaza de Canalejas, no le resta un caché algo intimidante. Pero nada que imponga demasiado en este gastrobar de moda a cargo de Jhonny Setjo, cuya icónica cresta pasó por el equipo de Dabiz Muñoz. Hoy en ISA, cuya estética es un mix de clasicismo hotelero, reminiscencia de los 20 y clandestinidad de la Ley Seca (todo ello aderezado con toques asiáticos) prepara cócteles rompedores que maridan con deliciosas tapas, todo ello en un ambiente fantástico.

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HIJOS DE TOMÁS

En una coctelería empeñada en recuperar tragos clásicos pero con un originalísimo toque personal (sirva como ejemplo La Llorona, con tequila, chile verde, chartreuse, jengibre y sal ahumada) no podía faltar un piano-bar en torno al cual la noche se ameniza con música en directo (aunque tampoco se desestima la guitarra, el saxofón y hasta el cajón flamenco). El tema es que las noches sean divertidas y con cierto aire canalla, algo que logra con creces Hijos de Tomás, oculto en el sótano del céntrico hotel Thompson. Todo en esta suerte de speakeasy recuerda a los elegantes locales madrileños de los años 50.

SALMÓN GURU

Sobradamente conocido, no podía faltar en la lista el famoso bar de Diego Cabrera posicionado, desde hace ya varios años, entre los 50 mejores a nivel mundial según la prestigiosa lista The Worlds 50 Best. Y es que, más allá de sus fastásticos cócteles, este divertido local emplazado en en el Barrio de Las Letras, es capaz de romper los esquemas. Color, humor aire underground, estética de comic y un nada disimulado toque gamberro definen su esencia, cargada ante todo. Por eso lleva tiempo siendo la coctelería de moda, con una atrevida concepción del espacio y una sólida oferta gastronómica con la que apoya las bebidas.

LA TUERTA FUNKY CASTIZO

Sólo un nombre así podía ser capaz de aunar tradición y vanguardia en el barrio que mejor encarna este binomio: Lavapies, cuya esencia se debate en los últimos tiempos entre lo castizo y lo contemporáneo. Así, bajo esta premisa, se ha construido un espacio en el que conviven la propuesta gastronómica de Víctor Pinacho, basada en revisitar la comida tradicional española y la propuesta mixológica de Eme Otero, construida en torno a la búsqueda de nuevas tendencias en un marco estético de influencia minimalista. Una coctelería que prescinde de la fruta como ingrediente fundamental de los tragos para sustituirla por el uso único y exclusivo de hojas mediante la extracción de sabor a través de diversas técnicas. Ahí es nada.

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