Si las ganas de empapar el vino aprietan, nada como animarnos con una parada en La Concha (avenida de Jerez, 21), uno de esos restaurantes rebosantes de solera. Cuenta este tradicional negocio con terraza y salón, pero será en banquetas altas y acodados en su barra donde vivamos la más auténtica de las experiencias. Una tapa de huevos de choco aliñados para empezar, gambitas cocidas, puntillitas, tortillitas de camarones –que estamos en Cádiz, no se nos olvide– y un platito de arroz nos brindarán el festín que nos merecemos.
Vinos, salinas y atardeceres, así conquista Chiclana de la Frontera
Después, para bajar el homenaje, será hora de regresar al punto de partida: las numerosas playas de Chipiona –la de las Canteras, la de Regla, la de las Tres Piedras o la de Camarón, entre otras– siempre son buen plan. Las zapatillas en la mano, los pies descalzos y la fina arena sureña adhiriéndose a nuestra piel –los más atrevidos, quizás se animen con un bañito–, compondrán nuestra particular despedida de este paraíso. Chipiona, puro Cádiz, nos regala el más cálido de los abrazos desde el sur.