MADRID
Merece tomarse un tiempo para admirar con detalle en la sala 206.06 del Museo Reina Sofía, uno de los tres vértices del Paseo del Arte madrileño, el Guernica, considerado uno de los cuadros más importantes del gran pintor malagueño. Primero por sus gigantescas dimensiones –casi 3,5 metros de alto por casi 8 de largo–, pero también para profundizar en el mensaje de esta obra, que fue un encargo para el pabellón español de la Exposición Internacional de París de 1937, en plena Guerra Civil española. Tanto por su carácter político como por su estilo, donde se mezclan elementos cubistas y expresionistas, es una obra única.
Será también este espacio museístico la sede de algunas de las actividades del aniversario, como la exposición Picasso 1906: La gran transformación, que se podrá ver a partir de noviembre.
El Paseo del Prado y el Retiro ya son Patrimonio de la Unesco
Antes, la programación incluye otras muestras en la Fundación Mapfre, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en La Casa Encendida, en la Casa de Velázquez y, a partir de junio, en el Museo del Prado, con la exposición Picasso-El Greco.