2. PLAYA DE BOLONIA, CÁDIZ
Más de tres kilómetros de longitud tiene esta ensenada abierta al mar y a los vientos, que aquí soplan con fuerza. Además de para un largo paseo, Bolonia es una playa singular por sus dunas móviles –una de ellas gigante, que alcanza más de 30 metros de altura y 200 de anchura y avanza hacia el pinar de pino piñonero repoblado que la respalda– y porque a sus orillas están las ruinas de la ciudad romana de Baelo Claudia, uno de las mejor conservadas de la Hispania Romana. Caminando por ellas se ven los restos del foro, los templos, el santuario, el mercado, la basílica, el teatro, las termas y, sobre todo, las fábricas de salazones, la principal riqueza de su pujante industria.
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