En pequeños grupos y de manera exclusiva, se puede descubrir cuál es el hábitat tan singular en el que se crían estas especies de esturión y, de paso, respirar el aire puro de la sierra de Loja y su paisaje. En cautividad, pero en un entorno natural idílico, en el que las diversas piscinas cuentan con agua de primera calidad depurada de manera natural de forma constante, crecen y son cuidados durante años, sin ningún tipo de antibióticos ni de alimentación de engorde forzado, hasta alcanzar su peso y edad idóneos. Además de recorrer los distintos espacios, la visita finaliza con una de las distintas catas que se ofrecen en Riofrío a gusto del consumidor. Junto a las visitas guiadas o las catas premium, es posible realizar una inmersión en las piscinas de los esturiones acompañados de los técnicos (caviarderiofrio.com).
El sabor de esta joya de la gastronomía con acento andaluz es absolutamente especial. Notas a marisco, a percebe, a erizo e incluso a frutos secos, siempre libre de sabores secundarios más ácidos o astringentes, que combinan a la perfección, según indican desde Caviar Riofrío, con bebidas que limpien y sequen el paladar. Durante la visita la degustación se acompaña de un champán o un vodka.