EL JARDÍN DE LA SAL (LA PALMA)

Si hay un lugar donde se contemplan las mejores puestas de sol de La Palma es en el faro de Fuencaliente, que, en realidad, son dos: el más antiguo, de piedra volcánica, y el moderno. A su alrededor está la playa de Faro, famosa por la riqueza de sus fondos marinos, y un complejo salinero artesanal donde se ubica este restaurante que, además de por su ubicación, resulta una grata sorpresa por su gastronomía (salinasdefuencaliente.es/restaurante_el_jardin_de_la_sal/). Sabores exquisitos –croquetas de atún, bienmesabe de congrio, queso asado a la plancha– para remata la larga caminata que depara la ruta por los volcanes de la isla.

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BRUNELLI’S (TENERIFE)

Al más puro estilo de los steakhouses americanos, pero con las mejores puestas de sol de la isla desde su gran terraza abierta al mar. Así se disfrutan las veladas en este restaurante del Puerto de la Cruz (brunellis.com), situado frente a Loro Parque, que, desde su apertura hace 5 años, ofrece la mejor carne a este lado del Atlántico. A su amplia oferta carnívora suma el cocinado en un horno especial, único en el archipiélago, que se calienta a 800 ºC y da como resultado una textura de lo más jugosa. Para los que le cuesta decidirse o quieren probar distintos cortes, su menú degustación (43 € sin maridaje).

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JARDÍN-TECINA (LA GOMERA)

Nada puede ser más romántico que una velada a la luz de las velas en el interior de una pequeña cueva asomada al Atlántico. Así son las cenas más especiales que brinda el Hotel Jardín Tecina (jardin-tecina.com), una finca 100% ecológica sobre un acantilado, en la tranquila localidad de Playa Santiago. En estas cenas solo para dos se degustan delicias típicas de La Gomera con la banda sonora del murmullo de las olas y lejos de las miradas indiscretas. El colofón será dormir en este alojamiento, que es una especie de pueblo blanco con un jardín botánico perfumado por las flores. Menos íntimas, pero también con vistas privilegiadas sobre el mar, el restaurante Gara o el Principal del resort.

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EL RINCÓN DE JUAN CARLOS (TENERIFE)

Los hermanos Padrón, Juan Carlos y Jonathan, son los artífices de este restaurante situado en La Caleta de Adejeque lleva años liderando la gastronomía canaria. La máxima de su cocina de autor: el sabor y el equilibrio de sus elaboraciones, el producto local e internacional de la mejor calidad y las últimas técnicas culinarias. El reconocimiento le ha llegado con una estrella Michelin y dos soles de la guía Repsol. Su menú degustación (125 €) es la mejor muestra de su buen hacer en la cocina, en el que encontramos platos como la quisquilla canaria marinada, el turrón de morcilla o el cherne con sésamo negro. Todo ello se degusta en un elegante comedor de carácter íntimo y con las mejores vistas al mar desde la 5ª planta del hotel Royal Hideaway Corales Beach (web.elrincondejuancarlos.com).

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LA VACA AZUL (FUERTEVENTURA)

Los pescados y el marisco fresco –que, en ocasiones, se prepara en la playa cuando se acaba de pescar–, pero también arroces y platos típicos de la cocina canaria con un toque francés, se disfrutan en una panorámica terraza con vistas al mar en el antiguo puerto de pescadores de El Cotillo (vacaazul.es/en/). Detrás de su cocina, el marsellés Cloth Bruzeese, que después de vivir en medio mundo llegó a la isla majorera de vacaciones, y quedó enamorado de este lugar. En su carta encontraremos también otras especialidades, como el pescado a la espalda, la brocheta de peto y gambas con salsa de vainilla, las lapas y mejillones a la plancha con mojo verde o el típico queso frito.

MIRADOR DE LA PEÑA (EL HIERRO)

Si hay un baluarte emblemático en esta isla canaria es el mirador de la Peña (elhierro.travel), en el noroeste de la isla, entre las poblaciones de Valverde y Frontera. Un espectacular balcón natural sobre el valle del Golfo en el que el artista lanzaroteño César Manrique levantó una espectacular obra arquitectónica en comunión con el entorno. A sus vistas insuperables, el lugar suma la cocina de calidad de su restaurante, donde son protagonistas los productos canarios: papas arrugadas, pescados locales, vieja, atún, y carne de cabrito.

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EL VARADERO (LA GRACIOSA)

La más desconocida de las 8 islas del archipiélago canario es un paraíso natural de casitas blancas donde no existen los coches ni las carreteras asfaltadas, pero sí las bicicletas, las aves y los pescadores. Los barcos de línea que llegan a ella desde Lanzarote, separadas ambas por poco más de 1 kilómetro, dejan en el pueblecito pesquero de Caleta del Sebo, casi su única población, donde arrancan sus caminos y donde encontramos este agradable restaurante en el puerto en el que desgustar, sin lujos, una carta en la que mandan los pescados frescos y otros platos canarios tradicionales, como las papas arrugadas.

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