Todo parece perfecto, y puede que lo sea, en Västsverige, cuyos límites abarcan desde la frontera con Noruega hasta la ciudad de Gotemburgo. Es esta una ruta sosegada que brinda un espectáculo vital a base de pequeñas islas, parques naturales, vestigios históricos, pueblos pesqueros de postal, buen marisco y, cómo no, novela negra.