BODEGAS DE TXAKOLÍ
Treinta y dos bodegas, la mayoría situadas en Getaria y Zarautz, se dedican a la producción de las uvas hondarrabi zuri y hondarrabi beltza, las únicas que se estrujan para hacer txakolí. Uvas cultivadas en emparrados y espalderas que describen atrevidas geometrías al borde de los acantilados. Antiguamente, según observó el naturalista Humboldt, las parras se sostenían con huesos de ballenas. Hoy, en vez de osamentas se ven tractores Lamborghini y la más moderna tecnología está al servicio de este vino fresco, ácido y ligero, que huele a hierba fresca y a flores silvestres. Se suele servir en vaso ancho y chato, a cierta altura, para que «rompa» y salga la fina aguja de carbónico que hiere dulcemente el paladar. Y se bebe acompañado de anchoas o bonito en aceite. Los viernes y los sábados hay visitas guiadas a Talai Berri (talaiberri.com), una bodega familiar de Zarautz con 12 hectáreas de viñedo y fantásticas vistas. Aquí no solo se elabora el txakolí blanco, el de toda la vida, sino uno tinto, un orujo, un vinagre y un agridulce. Más bodegas visitables, en getariakotxakolina.com.