CULROSS
Fijo en cualquier lista que hagamos de los pueblos más bonitos de Escocia, esta pintoresca aldea de calles adoquinadas y casas de piedra en el fiordo de Forth, a una hora de Edimburgo y Glasglow, que parece anclada en el tiempo. Le debe mucho al comercio del carbón y la sal, pues fue gracias a él cuando alcanzó prosperidad allá por el siglo XVII, también al National Trust, gracias a sus tareas de restauración, y, al cine, porque sus encantadoras casitas de cuento son decorado habitual de rodaje de películas y series.