DUBROVNIK
Abierta al mar, la antigua Ragusa romana es una ciudad medieval llena de encanto, entretejida de piedra y con más de mil años de historia tras sus murallas. Recorrer el casco histórico, Patrimonio de la Humanidad, es como viajar en el tiempo, adornado de palacios, cúpulas, conventos y callejuelas llenas de encanto. Toda de mármol es la principal Stradun Placa, que conduce hasta la Torre del Reloj, una fantástica fusión del comercio, el ocio y la fe que pasa por ser una de las más bonitas de Europa. Pero además están las callejuelas estrechas que la cortan con sus plantas sobre la escalera y su ropa tendida; la Ulica Zudioska o judería, la iglesia de San Blas, el palacio Sponza…