SABÍAS QUÉ…
En lo alto de Pamukkale, a 160 metros de altura, se construyó la antigua ciudad de Hierápolis, hoy en ruinas.
La aparición de las numerosas fuentes termales, de aguas ricas en minerales –creta, cuarcitas, mármoles cristalinos…–, pero también bicarbonato y calcio, se debe a movimientos tectónicos en esta zona que, además causaron frecuentes terremotos.
De las fuentes, que ya eran muy conocidas en la Antigüedad y descritas por el arquitecto romano Vitruvio, manan cada segundo 250 litros de agua.
Según los griegos de la antigua región de Frigia, los dioses otorgaron a estas aguas propiedades terapéuticas.
La cueva de Plutón de Hierápolis se llamó así, porque se pensaba que era el dios de los infiernos el que hacía que todo el que entrara en ella muriera gasificado, cuando en realidad se debía a la actividad volcánica subterránea, que filtraba dióxido de carbono.
La cascada Hierve el Agua, en el estado mexicano de Oaxaca, es, junto con Pamukkale, la única cascada de este tipo en el mundo.