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FIRGAS

El mirador de Las Pellas es la primera parada en el camino a esta localidad, pues regala una de las mejores panorámicas de la costa norte y, sobre todo, una muy buena pers­pectiva de Las Palmas de Gran Canaria. Tras contemplar la vista, lo más singular de Firgas es su Paseo de Canarias, donde, además de una cascada, están representados todos los municipios de la isla en descriptivos azulejos. Una buena idea en la villa es probar su conocido champán, que brota en uno de sus numerosos manantiales de agua efervescente.

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MIRADOR DEL BALCÓN

Colgado sobre un acantilado que cae en vertical sobre el inmenso azul del océano Atlántico, este mirador regala una de las mejores vistas de Gran Canaria. Situado en su extremo más occidental, en la misma carretera GC-200, permite divisar perfectamente ‘la cola de dragón’, una pared de acantilados costeros con cumbres en zigzag que recuerda al monstruo mitológico. Volviendo la vista hacia el interior de la isla, se ve el barranco de La Arena y el verde valle de La Aldea de San Nicolás.

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CASCO HISTÓRICO DE ARUCAS

Dos cosas le han dado fama a esta localidad situada muy cerca de la capital: su iglesia de San Juan Bautista, rebautizada como catedral, de estilo neogótico, y ser la cuna del ron Arehucas (en la imagen). Lo que no todos saben es que su pequeño casco histórico de calles adoquinadas y pequeñas plazas está declarado de interés histórico, pues refleja el despegue económico que disfrutaron las islas a partir del auge de la agricultura. Un tiempo merecen también el parque Gourie y el jardín botánico de Las Hespérides.

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LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

Tal vez lo que más suene de la capital de la isla sea su playa de Las Canteras, una habitual en los ránking de las mejores playas urbanas del mundo. Tres kilómetros de arena dorada enmarcados por un paseo marítimo que ve desfilar la vida local. Pero Las Palmas de Gran Canaria también es un imprescindible por su historia, sus muestras de arquitectura tradicional y sus museos. Su mejor escaparate, el casco histórico de Vegueta, donde nació la ciudad, un delicioso espacio con plazas peatonales, balcones de madera, calles empedradas y la Casa de Colón (en la imagen), que sirvió de alojamiento al navegante en sus viajes a América.

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PLAYA DE GUÏGUÏ

Dos arenales conectados en bajamar conforman la que es una de las playas más bonitas de Gran Canaria. Bien en lancha desde la playa de Tasarte o a pie, para lo que se requiere un mayor esfuerzo físico, pues implica recorrer cinco kilómetros de constantes subidas y bajadas y un fuerte desnivel –hay que emplear dos horas y media–, el premio es un baño reparador en aguas cristalinas con temperatura fresca.

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BARRANCO DE GUAYADEQUE

Entre los municipios de Agüimes e Ingenio, al este de la isla, se descubre este impresionante espacio natural de 15 kilómetros que fascina por su paisaje agreste de laderas escarpadas cubiertas de vegetación autóctona y curso sinuoso y sus grutas naturales, adaptadas como viviendas particulares, casas de turismo rural y restaurantes. Un centro de interpretación ilustra sobre el monumento natural y los conjuntos arqueológicos de la zona.

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BARRANCO DE LAS VACAS

Es una versión del Cañón del Antílope de Estados Unidos, pero a tamaño reducido. Un curioso lugar del municipio de Agüimes, en el suroeste de la isla, al que se puede llegar caminando en un brevísimo paseo para disfrutar de las singulares formaciones rocosas, llamadas tobas de colores, que durante cientos de años han creado aquí las corrientes de agua.

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PUERTO DE MOGÁN

Punto de encuentro de los entusiastas de la náutica internacional, este barrio marinero sigue conservando el encanto de los tiempos en los que era solo un puerto de barcos pesqueros. En su playa de arena negra enmarcada por apartamentos se encontrará ocio urbano tras pasar un día en las montañas de Gran Canaria.

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ROQUE NUBLO

En el interior de la isla, a 1813 metros de altitud, este emblemático peñasco es el icono de la Gran Canaria más natural. Y enigmático, porque los guanches consideraban esta enorme roca basáltica en forma de monolito de 65 metros de altura surgida de la actividad volcánica y la erosión un monte sagrado. Diversos miradores en la carretera que llega desde la cálida costa permiten admirarlo en toda su dimensión, aunque también es posible acercarse hasta su base caminando unos 40 minutos desde el aparcamiento de la Degollada de La Goleta.

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TEROR

Su calle Real es el epicentro social y comercial de esta villa mariana fundada hace cinco siglos a partir de la aparición de la Virgen en 1481. Eso hace de ella uno de los núcleos habitados más antiguos de las Canarias. Además de un vasto patrimonio religioso, que incluye una basílica, conventos y casas de familias nobles, apreciada es la fama que tiene en la localidad el trabajo de sus reposteros.

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DUNAS DE MASPALOMAS

Con el azul del Atlántico de fondo, esta reserva natural del sur de la isla regala una de las imágenes más conocidas de Gran Canaria. Un mini desierto de 400 hectáreas formado por las arenas arrastradas por las corrientes del océano durante siglos que sirven de antesala a las fantásticas playas de Maspalomas, dos kilómetros de fina arena dorada donde uno puede bañarse los 365 días del año y pasear hasta su antiguo faro.

Para seguir soñando con un próximo viaje a la isla de Gran Canaria puedes hacerlo con este vídeo: youtube.com/watch?v=twzUOVoUiFI&t=7s

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