IMPRESCINDIBLES
Visitar sus lugares icónicos, como son la plaza de San Marcos, donde hay que admirar el Palacio Ducal, la basílica y la torre del Campanile; el puente de los Suspiros; el puente Rialto; iglesias como las de la Pietà, San Pantaleón y Santa Maria Gloriosa dei Frasi o pasar por el campo Santa Margherita.
Las mejores instantáneas de la ciudad son los miradores de Scala Contarimni del Bovolo y el Campanile de San Marcos.
Pasear por los callejones de Venecia, sin prisa, sin GPS –ya que de nada sirve– y sin rumbo fijo. Solo así se descubren los rincones menos turísticos y más mágicos.
Coger el vaporetto para llegar al corazón del barrio de Dorsoduro, por el que se levanta desde la basílica barroca de Santa Maria della Salute hasta el Museo Guggenheim o las Gallerie dell’Accademia.
Visitar la librería Acqua Alta, una de las más bonitas del mundo; sentarte en alguno de sus cafés históricos, como los de la plaza San Marcos, y tomarte un auténtico gelatto italiano.