En la ciudad más grande de Australia el Fin de Año poco tiene que ver con la tradicional estampa de la ‘blanca Navidad’. Aquí es verano, una perfecta ocasión para broncearse o comprar el último modelito en moda surfera, pero también para disfrutar de su animado ambiente y, cómo no, brindar con champán viendo los impresionantes fuegos artificiales que dan la bienvenida a 2011.
Los fuegos artificiales que se lanzan desde los barcos, los rascacielos y desde el Puente del Puerto realizan extravagantes figuras que inundan la ciudad de mil colores.