Lugano, el rincón suizo donde parar todos los relojes

Puede que un fin de semana sea suficiente para asomarte a este rincón de la Suiza italoparlante, pero querrás quedarte aquí todas las vacaciones. Su clima suave, que mima a las camelias y magnolias de sus parques, un lago como un espejo perfecto, museos exclusivos y terracitas donde dejar pasar felizmente las horas crean la atmósfera perfecta para practicar su famoso dolce far niente.

by hola.com

En una bahía en la orilla del norte del lago de Lugano, con las montañas como telón de fondo, se enmarca esta encantadora ciudad suiza. Pasear por su casco antiguo, con edificios al estilo lombardo como la fantástica catedral de San Lorenzo o la renacentista iglesia de Santa Maria degli Angioli, con impresionantes frescos, es una delicia. Las plazas con arcadas están cuajadas de terrazas donde tomar un café italiano. La más concurrida es la Piazza Riforma, tradicional lugar de encuentro de filósofos y políticos, hoy el centro más animado del casco antiguo. Cerca, el Grand Café Al Porto se ha convertido en toda una institución para desayunar o comer.

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PARQUES Y ARTE
Para continuar con una encantadora e indolente jornada, puedes llevarte un libro o simplemente tus pensamientos al Parco Civico Ciani, un precioso parque en la orilla del lago en donde es fácil disfrutar de la vida y olvidar el paso de las horas. El paseo ribereño se extiende al jardín Belvedere. Aparte de camelias, magnolias y numerosas plantas subtropicales, obras de arte modernas adornan el parque.

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En Lugano, el arte ocupa un importante lugar. En el Museo Cantonale d'Arte se exponen cuadros de Klee, Jawlensky, Renoir y Degas. La propia Vila Ciani alberga exposiciones temporales sobre arte, historia y antropología. Y quien tenga más ganas de arte, doble ración en restaurante Galleria Arté al Lago, con buenos cuadros, esculturas y la fama del chef Frank Oerthle.

También la zona de El Ticino, y especialmente Lugano, puede presumir de arquitectura. En los últimos 50 años se ha convertido en una importante región arquitectónica. Los representantes más conocidos de la escuela del Ticino son Luigi Snozzi y Mario Botta. La Banca BSI, el Palazzo Ransila y el estudio en la Via Ciani son buena prueba de ello.

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MONTAÑAS Y LAGOS
Y para obtener el mejor plano picado de esta preciosa ciudad, hay que coger el nostálgico funicular rojo que sube al Monte Brè, un particular Pan de Azúcar suizo. Desde ahí baja un sendero hasta Brè, pintoresco pueblo de El Ticino. También desde el Monte San Salvatore se obtiene una gran panorámica. Reserva energía para la popular excursión por la localidad de Carona hasta el lago de Lugano en Morcote. Puedes rematar la jornada regresando en una lancha con chófer. El atardecer te sorprenderá con colores que parece que se acaban de inventar.

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EL EXTRAÑO ALEMÁN CON SOMBRERO DE PAJA
Otra buena excursión es la que recorre los pasos del escritor Herman Hesse en el pueblecito de Montagnola, a quien los vecinos llamaban “el extraño alemán con sombrero de paja” antes de que la fama de Sidharta y El lobo estepario le convirtieran en“el eterno caminante”. Aquí vivió sus últimos 43 años y en Casa Camuzzi le han dedicado un museo.

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Los consejos de...
La bloguera Julie Arlin no se perdería por nada del mundo una excursión al pueblo de Gandria, arrimado a las escarpadas laderas del monte Brè. En el pueblo, cerrado para el tráfico, hay joyas como la capilla San Rocco del año 1645. De vuelta a Lugano, recomienda conocer la EGO Gallery, donde descubrir a artistas contemporáneos. Y para relajarse, la zona de baño Lido Riva Caccia, donde darse un chapuzón en el lago o practicar yoga los sábados por la mañana.

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Para conocer otras ciudades suizas de la mano de algunos de sus mejores embajadores, Suiza Turismo

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