TURISMO ANTIESTRÉS EN BALNEARIOS CON HISTORIA Y PAISAJE ¿Qué te parece despedir el año con un tratamiento hidrotermal en un balneario con mil años de antigüedad? En el de Alange (balneariodealange.com), a 18 kilómetros de las ruinas de Mérida, conviven termas declaradas Patrimonio de la Humanidad con bañeras de mármol del siglo XIX y las más modernas técnicas del wellness. El balneario de Alange no es el único legado termal de los romanos en Extremadura: en los Baños de Montemayor (balneariodemontemayor.com), en la frontera con Salamanca, llevan siglos ofreciendo las propiedades terapéuticas del agua a visitantes de todo el mundo. Y en la localidad cacereña de Brozas, entre alcornoques y encinas, se esconde el balneario de San Gregorio (balneariodebrozas.com), probablemente también de origen romano.

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Por si no fueran pocos los beneficios de contemplar el bucólico paisaje de la dehesa extremeña, en el balneario de El Raposo (balneario.net), en el municipio de Puebla de Sancho Pérez (Badajoz), ofrecen tratamientos con lodos naturales. Y en Fuentes del Trampal (fuentesdeltrampal.com), en Carmonita (Cáceres), después de tomar las aguas tú eliges: ¿avistamiento de aves rapaces o una ruta de mountain bike?

Más turismo slow en El Salugral (elsalugral.com), junto a la histórica localidad de Hervás, con un barrio judío imprescindible, y en el balneario Valle del Jerte (balneariovalledeljerte.com), a 19 kilómetros de Plasencia, que lleva bien merecido el calificativo de “perla del valle” por su riqueza histórica y artística. Un enclave perfecto para descubrir uno de los rincones naturales más bellos de toda Extremadura.

NATURALEZA PARA TODOS LOS SENTIDOS
Igual que durante la floración del cerezo, el Valle del Jerte (turismovalledeljerte.com) amanece estas fechas cubierto por un manto blanco. Esta vez, de nieve. Una estampa bellísima que parece extraída de un cuento navideño. Las cumbres nevadas de Piornal o Puerto de Honduras comunican el Jerte con los valles de la Vera y Ambroz. El primero, a los pies de la Sierra de Gredos y con el imprescindible Monasterio de Yuste (patrimonionacional.es) como ración delicatessen de historia y arte; el segundo, paraíso para los amantes de la pesca y montañistas, que durante estas fechas pueden trepar por las laderas nevadas de sus sierras.

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La vecina comarca de Tierras de Granadilla, con su epicentro en el embalse de Gabriel y Galán, es el paraíso para los amantes de la multiaventura: rutas en bicicleta, a caballo o en barco. El embalse, que provocó el abandono del pueblo de Granadilla (ahora rehabilitado, con su muralla y su castillo), comunica con Las Hurdes, donde el agua se cuela en cada rincón, ofreciendo un exuberante paisaje. Es tierra de aves y ganadería, famosa por los productos de sus matanzas, cabritos, castañas, quesos de cabra, el aceite. Y por supuesto, la miel. En invierno, la chimenea del hotel de las Hurdes Reales (hospederiasdeextremadura.es) hace que te quieras quedar ahí para siempre.

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En la vecina sierra de Gata tampoco faltan los buenos embutidos, los jamones y el cabrito. Y pueblos maravillosos como Robledillo de Gata, todo de madera, que parece suspendidos en el tiempo. Pura desconexión de la rutina también al norte, en el valle de Alagón, por sus paisajes inolvidables con piscinas naturales, por la miel, el polen y Coria, donde puedes visitar la catedral, la cárcel real y, cómo no, probar los platos típicos en uno de los muchos mesones de su señorial casco histórico.

ESCAPADAS CON HISTORIA
Porque en Extremadura están sobrados de historia: de frontera, de conquistas y conquistadores, de romanos, bárbaros, musulmanes y cristianos que perviven hoy en ciudades que merecen una escapada... y más.

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Al pasado romano de Mérida, entonces Emérita Augusta, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Aquí podrás encontrar, entre otros importantes vestigios romanos, uno de los teatros romanos mejor conservados del mundo y el más antiguo en el que aún hoy se representan obras, y un Museo Nacional de Arte Romano de lujo. Además, la ciudad ofrece todo tipo de diversiones. ¿Qué te parece alojarte en su parador, antiguo convento del siglo XVIII?

En Badajoz, además del paseo por la Alcazaba y el casco histórico, puedes conocer el moderno Palacio de Congresos, construido en el interior del bastión de San Roque y fue elegido por el MOMA como uno de los edificios más representativos de la arquitectura española. O conocer la perfecta unión entre historia y vanguardia es el MEIAC (Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo).

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Y por supuesto, Cáceres, auténtico museo al aire libre, un tesoro Patrimonio de la Humanidad que encierra en murallas árabes el segundo mayor aljibe del mundo, un barrio judío, los restos de los primeros asentamientos romanos y un conjunto arquitectónico medieval y renacentista único y perfectamente conservado. Y que además será Capital Española de la Gastronomía en 2015, una buena excusa para visitarla. Te recomendamos recorrer la ciudad por la noche. La iluminación de sus piedras hace que te olvides del siglo XXI si no fuera por propuestas tan interesantes como el Centro de Artes Visuales Helga de Alvear. Un regreso al futuro.

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