Por su gracia y salero, Cádiz, la más famosa en el mundo entero
Desde hoy y hasta el 9 de marzo, La Viña y otros barrios del casco histórico acaparan la mayor parte de una fiesta declarada de interés turístico internacional.
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Cabalgatas, tablaos, actos gastronómicos… es difícil definir el carnaval y aún más en Cádiz. Aunque oficialmente el carnaval hoy, la ciudad ya está entregada a la fiesta desde días antes. Tampoco el final real coincide con el oficial, ya que aunque 9 de marzo es domingo de piñata y un castillo de fuegos artificiales dice adiós a la fiesta, el fin de semana siguiente tiene lugar el “carnaval chiquito” o “carnaval de los jartibles”, para aquellos que todavía quieren más.
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Primero llegan las degustaciones gastronómicas y el comienzo del concurso de agrupaciones de Carnaval –cuartetos, chirigotas, comparsas y coros- que concluye el día 28 de febrero con la Final en El Gran Teatro Falla. Un concurso que repasa con coplas y actuaciones sobre el escenario –y después en la calle- la actualidad gaditana, andaluza, española y mundial, en clave de humor. Nadie se libra del ingenio y la ironía de los letristas del carnaval de Cádiz.
La Gran Final da paso al carnaval en la calle, donde el pueblo se hace protagonista de la fiesta. El sábado 1 es el pregón del carnaval en la plaza de San Antonio, un acto multitudinario al que para asistir solo es necesario ir disfrazado con lo primero que se encuentra a mano y con ganas de pasárselo bien. Sin lujos, porque este no es el carnaval del glamour, sino el de las ganas de reírse hasta de uno mismo y de bailar en la carpa.
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Al día siguiente, el carnaval deja momentáneamente su carácter nocturno y se desarrolla con el calor del mediodía. El carrusel de coros, en la plaza del Mercado, toma las calles del centro y es un placer escucharlos tomando una copa, animándoles y cantando con ellos desde las dos de la tarde. Mientras los más pequeños prefieren disfrutar con la cabalgata magna que atraviesa la Avenida al caer la tarde. De aquí a los fuegos artificiales con el mar de fondo.
Aunque el lunes 3 el carrusel de coros vuelve a tomar el centro, entre semana, el número de actos carnavalescos se reduce ligeramente al ser días laborables y es una buena oportunidad para escuchar a las agrupaciones por los distintos tablaos que se instalan en la ciudad y disfrutar de las ilegales en la Viña hasta altas horas de la madrugada.
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El viernes 7 de marzo vuelve la actividad frenética, especialmente a la Viña, el barrio más típico de esta fiesta, que acoge un nuevo carrusel de coros, en este caso nocturno. Es la excusa ideal para pasar en las calles de este barrio la noche entera.
El sábado de piñata, la calle de la Palma, también en la Viña, es escenario de la Cabalgata Chica. Y un día después, el carnaval finaliza con la quema de la bruja Piti en la playa de la Caleta, mientras, a pocos metros, desde el castillo de San Sebastián se lanzan los fuegos artificiales que ponen punto y final a las fiestas de don Carnal para la mayoría. Y es la mayoría, porque todavía queda un fin de semana de carácter oficioso. No es festivo ni está recogido en ningún calendario oficial, pero las ganas de carnaval del pueblo han hecho que el domingo siguiente al de piñata, este año el 16 de marzo, se celebre el llamado carnaval 'chiquito' o carnaval de los 'jartibles' para aquellos que aún siguen con ganas de escuchar coplas.
El entusiasmo del Carnaval de Cádiz se ha extendido a otros puntos de la provincia, donde han ido naciendo celebraciones paralelas influidas por las fiestas de la capital, cada uno con sus peculiaridades, entre las que destaca la Gran Cabalgata del Carnaval de Chipiona.
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