Una experiencia inolvidable en Suiza

Los ganadores del viaje que sorteó hola.com junto a Turismo de Suiza nos relatan su recorrido por las regiones de Friburgo y Valais.

by hola.com

El viaje ha ido muy bien. Los Swiss Pass han funcionado perfectamente, una vez le cogimos el ‘tranquillo’ es realmente fácil viajar por Suiza, sobre todo porque los transportes ¡son increíblemente puntuales!

Saas Fee fue todo un descubrimiento. El pueblo es pequeñito y con mucho encanto, sus gentes son entrañables, nos hicieron la estancia muy fácil. El primer día, saliendo de Valencia a las 9.45, entre trenes y autobuses, llegamos al hotel a las 4 de la tarde. Nos recibieron con una copa de vino del país y fuimos a dar una vuelta por el pueblo. Al estar en temporada de invierno, ya no podíamos acceder a las actividades de octubre, así que disfrutamos del paisaje y de una cena estupenda en el hotel.



Al día siguiente subimos al Allalin con el Alpin Express y el Metro Alpin, toda una experiencia. Las vistas son increíbles, el frío te corta la cara a 3.500 m de altura, y un cappuccino en el restaurante más alto del mundo, en esos momentos, ¡te da la vida! Visitamos el Ice Pavillion, un poco desangelado pero aún así nos gustó mucho. A la vuelta, el teleférico se paró a mitad de recorrido, fue el punto de adrenalina que culminó la mañana, ¡aún me tiemblan las piernas! Una vez de vuelta recorrimos algunos senderos, Saas Fee está lleno de caminos por los que vas descubriendo rincones increíbles.



Empezaba a llover y decidimos aprovechar la tarde en el spa del hotel, todo un lujo a disposición gratuita de los clientes.

Al día siguiente salimos a las 10 rumbo a Murten. Llegamos al mediodía y, sin tiempo para comer, nos encaminamos hacia el hotel Bel Air, en Praz, para visitar sus bodegas. Fue una jornada un tanto surrealista, ya que el tren te lleva hasta un pueblecito llamado Sugiez donde, a falta de transporte, tienes que recorrer unos 2 o 3 kilómetros a pie hasta encontrar el lugar... por una carretera donde no hay nadie a quien preguntar. Afortunadamente, tuvimos un recibimiento extraordinario, gracias a la gestión de Elisabeth Ruegsegger. Al ser sábado muchas bodegas no concertaban visitas, fue una suerte que Bel Air nos concediese una tarde para nosotros dos, con la cata de sus vinos y un recorrido por su historia y sus tradiciones.



El domingo por la mañana visitamos el Papiliorama. Es...indescriptible, un invernadero con clima tropical donde las mariposas se posan en tus manos, revolotean a tu alrededor, miles de colores, plantas de los lugares más recónditos, peces, aves... nunca habíamos visto nada igual. Visitamos los otros pabellones, Nocturama (está tan oscuro que, más que ver, adivinas a los animales) y el Zoo, con la pena de ver en esta ocasión a los animales tras las vallas. Nos quedamos con la buena sensación de las mariposas, ¡te alegran el día!



Por la tarde, a pesar de la lluvia incesante y de haber olvidado una vez más el horario de comidas, decidimos ir a Berna. Una excusión de ida y vuelta en la que pudimos recorrer las calles principales de una ciudad a la que, seguro, volveremos. Por la noche, de vuelta en Murten, no podíamos despedirnos de Suiza sin probar sus fondues, cenar en una cava y tomar una grappa del valle.



Al día siguiente empleamos todo el día en el viaje de vuelta. Hemos revisado las fotos y tenemos un montón de anécdotas que contar a nuestros amigos. La cámara se nos estropeó el segundo día de viaje, así que las fotos no tienen buena calidad, pero aún así ahí están.

Queremos agradecer enormemente a la Revista ¡Hola! y a Suiza Turismo, así como al personal de todos los lugares que hemos visitado, este regalo maravilloso que ha sido conocer Suiza.

Un abrazo
Alejandro y Ana

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