Centurias de color y fuego en Alcoy

Primero fueron las Fallas y ahora otra fiesta popular, los Moros y Cristianos de esta localidad alicantina, animan a viajar a la Comunidad Valenciana. Del 22 al 24 de abril, la fiesta se vive en la calle, donde se suceden los desfiles de guerreros, las celebraciones religiosas y, cómo no en estas tierras, las mascletás.

by hola.com

En abril Alcoy huele a pólvora, y no porque los piratas berebiscos vuelvan a hacer de las suyas en la costa levantina, como así hicieron allá por los siglos XV a XVII, sino porque es la manera de rememorar una arraigada tradición que sabiamente han convertido en fiesta y ha llevado su nombre por todo el mundo.

Ya está todo listo para que, un año más, los próximos 22, 23 y 24 de abril, casi toda su población vista sus trajes de guerra y se eche a la calle para participar en las afamadas fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy, declaradas de interés turístico internacional.

Cuenta la leyenda que fue la aparición milagrosa de San Jorge montado a caballo y recorriendo el perímetro de la muralla la que salvó a los cristianos del ataque del caudillo musulmán Al-Azraq, uno de los cabecillas de la rebelión morisca, en la batalla de Alcoy de 1276. Y desde aquel fecha, algo cambió en la vida de los alcoyanos; para empezar, el santo se convirtió en patrón de la ciudad, y la historia, verídica o no, en excusa para una gran fiesta.

Antes de dejarse caer por Alcoy durante esos días conviene hacerse con el programa de actos, primero para elegir entre el amplio número de convocatorias que no dejan tiempo ni para el respiro; y después, para tomar posiciones, porque también aquí, como en las procesiones de Semana Santa, hay sitios y sitios, y si se quiere no perder ojo hay que reservar con antelación alguna de las sillas situadas en los lugares estratégicos.

Pero también, y a menos que se quiera molestar al alcoyano de al lado con continuas preguntas, hay que hacerse con un diccionario de términos para entender lo que va a suceder en las calles. Así será más fácil conocer, por ejemplo, que las grandes protagonistas de la fiesta, las comparsas, aquí se llaman filaes; son las que se reparten los papeles de los ejércitos cristianos y moros y preparan durante todo el año su entrada a la ciudad para ser la más lucida. Entre los primeros hay agrupaciones con nombres como Andaluces, Asturianos, Cides, Almogávares, Cruzados, Guzmanes…; los segundos han escogido apelativos orientalizantes tales como Berberiscos, Benimerines, Abencerrajes, Mudéjares, etc. En total 28, todas ellas con un capitán y un alférez al frente.

El día 22, después del toque de alba, y tras el rezo del Avemaría, la enseña de la cruz será izada en el castillo. Es el primer acto del programa de Moros y Cristianos que organiza cada año la Asociación de San Jorge, y al que seguirá la concentración de bandas de música al caer la tarde para tocar el himno oficial festero y los desfiles de ambos ejércitos con sus espectaculares y coloridos trajes de época y carrozas adornadas. El día 23 se dedica a San Jorge, en cuyo honor hay procesiones; mientras al paso de San Jorgito, un niño elegido por sorteo, las calles quedan bellamente tapizadas con flores blancas y rojas.

La última jornada es la más espectacular porque a lo largo de ella se desarrolla el alardo, la batalla; tras el desafío entre los embajadores de ambos bandos, sus respectivos ejércitos desatan lo que se conoce como el “Día del trueno”, horas y horas de disparos de trabuco y arcabuz. El combate terminará con la aparición de San Jorge sobre las almenas del castillo, entre los sones del Himne de la Festa, que cierra la trilogía festera. Un castillo de fuegos artificiales podrá el broche final desde la torre de Na Valora.

Para aliviar el frenético ritmo de la fiesta, no dejes de probar entre acto y acto las bebidas propias de las fiestas alcoyanas, entre las que se encuentran el café licor, bebida espirituosa que se toma sola o acompañada en combinados como el plis-plai (mezclado con refresco de cola) o la popular mentira, en la que va combinado con granizado de limón. También es popular el consumo de este granizado con licores, como por ejemplo el güisqui, es lo que popularmente llaman sonrisa alcoyana. Por algo será.

Más información
Asociación San Jorge y Turismo de Alcoy

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