Un paseo por Valladolid con El Hereje

¿No tienes plan para este fin de semana? Te proponemos uno muy oportuno. Acércate a la ciudad del Pisuerga y recorre los lugares en los que el escritor Miguel Delibes ambientó su última y exitosa novela.

by hola.com

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Profundamente ligado a Valladolid, Miguel Delibes plasmó en su novela El Hereje la vida cotidiana de la ciudad castellana a mediados del siglo XVI, su momento de máximo esplendor. Para ello eligió un hecho histórico: los dos grandes autos de fe que se celebraron en la Plaza Mayor en 1559 y el cisma de la iglesia provocado por Lutero como trasfondo. Una ruta discurre por los principales escenarios de esta obra con la que ganó el Premio Nacional de Narrativa y recuerda las peripecias de algunos de sus personajes, especialmente de su protagonista, Cipriano Salcedo. En torno a la festividad de San Pedro Regalado, el 13 de mayo, el recorrido es animado por un grupo de actores en forma de visita teatralizada.

1- Plaza de San Pablo
En la Corredera de San Pablo, actual calle de las Angustias, en pleno cogollo aristocrático de la ciudad, situó el autor la casa de los Salcedo, donde Cipriano, el protagonista, nació en 1517. Diez años después vendría al mundo Felipe II, quien a la postre sería el culpable del trágico final del primero, en el palacio que hace esquina entre la plaza de San Pablo y la Corredera, actualmente sede de la Diputación Provincial. La plaza de San Pablo fue a lo largo del siglo XVI el espacio público por excelencia de la ciudad y el recorrido por ella debe incluir la visita al interior de la iglesia de San Pablo, el palacio Real y el zaguán y patio del palacio de Pimentel. A pocos metros, en la actual calle Cadenas de San Gregorio, se localiza el Museo Nacional Colegio de San Gregorio, anteriormente denominado Museo Nacional de Escultura, cuya visita resulta también imprescindible para apreciar el contexto artístico, y sobre todo religioso, de aquella época.

2- El palacio del Licenciado Butrón
El mundo de los letrados, representado en la novela por don Ignacio Salcedo, oidor y abogado de la Chancillería, lleva hasta el gigantesco Palacio del Licenciado Butrón, en la vecina plaza de las Brígidas. En 1637 el edificio pasó a manos de las religiosas de Santa Brígida, quienes comenzaron a levantar la iglesia adyacente y las reformas necesarias para su uso conventual y, desde mediados del siglo XIX, también en colegio de niñas. En la actualidad es sede del Archivo General de Castilla y León.

3- Plaza de Fabio Nelli
La calle de San Ignacio alcanza una encrucijada a la que se asoman dos de los palacios señoriales más ostentosos del Valladolid del XVI: el palacio de los Valverde, haciendo esquina, y el palacio de Fabio Nelli, con la fachada algo retraída dejando espacio para una pequeña plaza. Este es sede, desde 1967, del Museo de Valladolid, dividido en dos importantes secciones: Arqueología y Bellas Artes.

4- Palacio de los Condes de Benavente
La calle Expósitos, que bordea por un lateral el palacio de Fabio Nelli, conduce hasta la plaza de la Trinidad permitiendo adentrarse en la zona en la que estuvo situada la antigua judería de Valladolid. El nombre de la calle recuerda la función de orfanato que cumplió el principal edificio de esa plaza, el mastodóntico palacio de los Benavente, donde estudia Cipriano Salcedo. En esta zona de la judería la familia Salcedo tenía su almacén de lanas, muy cerca del histórico puente Mayor, único medio de salvar el Pisuerga para conducir su mercancía primero hasta la ciudad de Burgos y después hacia los mercados de Flandes. El palacio de los Benavente, hoy reconvertido en Biblioteca Pública de Castilla y León, fue uno de los edificios fundamentales del Valladolid cortesano. En él nació la infanta María Mauricia, casada con el rey de Francia Luis XIII y a la que Alejandro Dumas convirtió en protagonista de una de las obras más conocidas de la literatura universal, Los tres mosqueteros.

5- Convento de Santa Catalina
En la angosta calle de Santo Domingo de Guzmán, que conserva a duras penas algo del sabor del Valladolid antiguo, se asienta el convento de monjas dominicas de clausura de Santa Catalina. Este, junto a los de Santa Clara y Santa María de Belén, aparecen en la novela de Delibes como los tres que frecuenta Cipriano Salcedo para dar a conocer las tesis del doctor Cazalla, y que las monjas acogen con un interés que acabarán pagando. Una de las reliquias más preciadas del convento de Santa Catalina es una réplica de la Sabana Santa expuesta en la capilla en la que está enterrado el licenciado don Juan Acedo Soriano, abogado de la Real Chancillería de Valladolid. Las monjas venden, a través del torno, deliciosos dulces elaborados por la comunidad: mantecadas, amarguillos o su afamado pan de Cádiz.

6- La capilla de Fuensaldaña
En la calle de la Encarnación, frente al monasterio de Santa Isabel, se levanta la capilla de Fuensaldaña, un anexo de hechuras góticas que pervivió a las remodelaciones renacentistas que dieron lugar al monasterio de San Benito. En ella cuenta Delibes que fue enterrada Leonor Vivero, madre del doctor Cazalla. La capilla se integró en las remodelaciones llevadas a cabo para convertir una parte del enorme monasterio de San Benito en el Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano y su interior es utilizado como una de sus salas expositivas. Mientras se bordea la cabecera de la iglesia de San Benito se deja a un costado la calle dedicada al doctor Cazalla, donde se levantaba la casa que sirvió también de lugar de reuniones secretas de su grupo luterano. De la Plaza de Fuente Dorada partía la calle de Orates, en la que se encontraba el Hospital de los Inocentes o de Orates, donde Cipriano se ve obligado a ingresar a su esposa Teo ‘la Reina del Páramo’ cuando esta enloquece. También sitúa Delibes aquí la taberna de Garabito y el acceso del cortejo de reos hacia el auto de fe desde la cárcel secreta de la Inquisición.

7- La Plaza Mayor
Era en el siglo XVI la plaza del Mercado y el lugar donde se celebraban todo tipo de fiestas, tanto civiles como religiosas, pero también donde se desarrollaron los autos de fe de 1559, convertidos en un espectáculo multitudinario. Tras el incendio de 1561 se procedió a su reconstrucción, diseñada por Francisco de Salamanca por orden de Felipe II.

8- La iglesia de Santiago
Sobre la fachada de la iglesia de Santiago que da a la calle del mismo nombre luce la placa que la ciudad de Valladolid dedicó al escritor Miguel Delibes, agradeciendo de esta manera la dedicatoria que el escritor hizo a la ciudad al comienzo de su novela El hereje. El lugar y la calle no son casuales. La calle, peatonal, es una de la más transitadas de la ciudad. La iglesia juega un papel importante en la novela como escenario en el que el doctor Cazalla realizaba sus prédicas cada viernes.

9- Campo Grande
La puerta del Campo o de la Mancebía se encontraba donde hoy finaliza la calle de Santiago al desembocar en la plaza de Zorrilla. En el costado izquierdo de la plaza, donde hoy se levanta la casa Mantilla, se levantaba en el siglo XV la mancebía más importante de la ciudad, regentada por la cofradía de la Consolación, que administraba los beneficios del negocio para hacer obras de caridad. En el costado derecho, más o menos entre el espacio que hoy ocupan el lateral del Campo Grande y la fachada de la Academia de Caballería se situaba el quemadero en el que se asistía al último acto del proceso contra los luteranos: la quema pública.

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