Deja que las ballenas se acerquen a ti

¿Acaricias el sueño de ver ballenas pero te aterra el mar o te mareas? El pueblito surafricano de Hermanus presume de ser el mejor lugar del planeta para avistar desde tierra a estas viajeras de los océanos.

by hola.com

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A Suráfrica se va a hacer safaris, cierto. Pero no sólo a eso. Aunque la mayoría llega hasta este último extremo del continente movida por el ansia de avistar en el Parque Nacional del Kruger a los míticos big five o cinco grandes –el elefante, el búfalo, el león, el rinoceronte y el leopardo–, Suráfrica alberga en sus mil y un ecosistemas muchos otros alicientes, y de nivel.

Casi sin salir de la Península del Cabo, en un mismo día pueden verse las colonias de focas de Duiker Island y las de pingüinos de Boulders Beach; decidirse por los restaurantes a la última de la cosmpolita Ciudad de El Cabo o irse a pasar el día a las bodegas que, entre preciosos viñedos, erigieron en el siglo XVII los holandeses cuando empezaron a hacer vino por estas latitudes. O incluso salir al encuentro del gran tiburón blanco desde Gansbaai o, también, al de las ballenas.

En este último caso no habrá ni siquiera que subirse a una embarcación ya que el pueblito de Hermanus, a una hora y media de Ciudad de El Cabo, es el punto del planeta donde más fácil resulta ver desde tierra a estas viajeras marinas.

Desde mayo hasta diciembre, cerca de 200 ballenas francas australes procedentes del Antártico llegan a concentrarse en la bahía de Walker para buscar pareja y parir a sus crías. En ocasiones llegan a acercarse tanto a la costa que, sin poner un pie en el agua, pueden hacerse increíbles avistamientos desde los roquedos y acantilados que rodean el pueblo. Tremendamente curiosas y sabedoras de que aquí no corren peligro, las ballenas francas parecen exhibirse ante los espectadores que vienen hasta Hermanus expresamente para verlas lanzar resoplidos y coletazos, o suspendiendo sus hasta 80 toneladas de peso en espectaculares saltos antes de volver a sumergirse estrepitosamente en el agua.

Hermanus, un pueblito a orillas de la bahía con unos 45.000 habitantes, antaño vivía sobre todo de la pesca. Hoy lo hace fundamentalmente de los avistamientos de ballenas, que cada año atraen a miles de visitantes. Miradores, caminatas por las zonas en que las que suele vérselas más frecuentemente, excursiones en bote si se desea y hasta una peculiar alarma que avisa cuando hay ballenas a la vista. En Hermanus todo está consagrado a sus vecinas más ilustres.

El principio de la primavera austral –es decir, nuestro otoño– es la mejor temporada para los avistamientos. Si a finales de septiembre se celebra incluso un festival con música, teatro y todo tipo de eventos dedicados a las ballenas, en octubre el pueblo vuelve a la calma y resulta mucho más apetecible admirarlas entonces, poderosas y en plena libertad, y sin demasiados testigos alrededor que le roben algo de encanto al encuentro con estos emocionantes gigantes de los mares.

Algunas pistas

Iberia es la única compañía que ofrece vuelos directos entre España y Suráfrica, con varias frecuencias semanales entre Madrid y Johannesburgo a partir de unos 630 € ida y vuelta, tasas incluidas, o desde 750 € con la conexión a Ciudad de El Cabo.

En las agencias de Viajes El Corte Inglés pueden consultarse los precios y servicios de sus varios programas por Suráfrica. También en cualquier agencia de viajes puede hacerse lo propio con los programas de las muchas mayoristas que trabajan el destino, como Angalia, desde 2.025 € su circuito de ocho días 'Suráfrica esencial', con los vuelos, visitas, media pensión durante el safari por el Kruger y dos días en Ciudad de El Cabo para hacer opcionalmente las excursiones que se desee. Numerosas agencias locales proponen la visita en el día a Hermanus.

Si estás de luna de miel, preparas un aniversario importante o, simplemente, puedes permitirte el lujo de pagar cerca de 400 € por noche, el hotel para alojarse en Hermanus es el despampanante Birkenhead House, una villa con apenas una decena de habitaciones y suites con una decoración estilosísima y aislada en lo alto de un acantilado desde el que observar en total privacidad a las ballenas.

Más información
Turismo de Suráfrica y Turismo de Hermanus

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