Vendimia de lujo en Champagne

La temporada más apasionante del año calienta motores en la región francesa. Además de visitar sus famosas bodegas, si te animas puedes incluso participar por unas horas en la recogida de la uva.

by hola.com

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“Es el único vino que hace a las mujeres más bellas después de beberlo". La afirmación debe ser cierta porque lleva garantía nada menos que de madame de Pompadour, la “favorita oficial” de Luis XV y una de esas mujeres guapas, inteligentes e influyentes de la historia, amén de una gran defensora de las artes… y de su vino favorito: el champán, que a su manera tiene mucho de arte.

Fue Dom Pérignon, o al menos eso dice la leyenda, quien gracias a un bendito error dio con su fórmula. Al no encontrar la manera de sacarle las burbujas a esas botellas que decían "del diablo" cuando estallaban por la presión, ideó para contenerlas el característico tapón que hoy, cada vez que se descorcha, suena a alegría y celebración.

El llamado método champenoise es probable que se conociera ya de antes, pero todos los que hayan disfrutado alguna vez del elegante cosquilleo de un buen champán tienen una deuda con este benedictino que hace trescientos años consagró su vida a su elaboración en las bodegas de la abadía de Hautvilliers. Este pueblito rodeado de viñedos, de visita imprescindible para todo sibarita que se precie, se prepara al igual que el resto de la región para vivir su momento más intenso. La vendimia en Champagne está prevista este año hacia mediados de septiembre, aunque las fechas exactas sólo se decidirán en el último momento para asegurarse que la viña está en su punto óptimo. En apenas diez días se habrán recogido rigurosamente a mano todas las uvas de la región.

Sus carreteritas secundarias se pringarán entonces de los regueros de zumo que rebosa del vaivén de camiones que día y noche llevan los racimos recién cortados a prensar a las bodegas. En éstas la actividad es frenética, con gentes de media Europa llegadas para trabajar a destajo bajo un estricto control de calidad y volviendo a poner en marcha, un año más, el riguroso proceso que ya definiera Dom Pérignon, que aprendió a seleccionar las mejores parcelas y cepas y hasta reorganizó el trabajo durante la vendimia para asegurar que el líquido final fuera totalmente pálido aun procediendo en gran medida de uvas tintas.

Cada segundo se descorchan ocho botellas de champán en algún rincón del planeta, o al menos esas son las cuentas que salen al imaginar el uso de los cerca de 265 millones de ellas que salen al año de las bodegas de Champagne, cuya visita son el auténtico plato fuerte de una escapada por estos pagos en los que participar en catas, alojarse en coquetísimos hotelitos entre los viñedos pero, sobre todo, curiosear por centenares de bodegas, tanto de pequeños productores como de maisons de renombre mundial.

Todas las grandes abren al público en visitas de lo más organizadas con degustación final. No habrá que perderse en Reims los espectaculares sótanos abovedados en los que maduran los caldos de Ruinart , los 25 kilómetros de galerías forradas de botellas de Mumm y los 18 de Pommery, además de otras grandes casas como Piper-Heidsieck, Taittinger o Veuve Clicquot Ponsardin. O, a lo largo de la Avenue du Champagne de la villa de Épernay, los cientos de kilómetros de galerías subterráneas en las que reposan millones de botellas de Mercier, Castellane o esas de Moët & Chandon que Napoleón en persona venía a recoger de camino a sus batallas para consumirlas, al parecer, antes, durante y después de la contienda.

Pero si lo tuyo más que participar en una visita guiada es meterte de lleno en faena, durante estos días podrás en infinidad de lugares convertirte en vendimiadora por un día. La aristocrática maison Drappier es una de las que ofrece a sus visitantes la experiencia de participar mano a mano con los vendimiadores en la recogida de la uva, comer con ellos en los campos y ponerle la guinda al jornada con una visita a sus bodegas y una cata de sus vinos, que apasionaban al mismísimo De Gaulle.

Cómo llegar
La región de Champagne-Ardenne se encuentra a apenas hora y media de París, adonde vuelan, entre otras, Air France, Iberia, Air Europa o Easy Jet, con precios en ocasiones inferiores a los 100 € desde varias ciudades españolas. A través de Lastminute se puede alquilar un coche, a recoger y devolver en el mismo aeropuerto, a partir de 115 € por tres días.

Alojamiento
Algunos hoteles con encanto de la región, Les Champ des Oiseaux, un conjunto de casonas del siglo XV en el casco antiguo de Troyes; Les Barbotines, una preciosa châmbre d’hôte en Bouzy de la familia de viticultores Bonnaire-Clouet; o Le Royal Champagne, un cuatro estrellas entre viñedos con el sello de la prestigiosa cadena Relais&Châteaux.

Más información
En la Oficina de Turismo de Francia en España, Maison de la France, la de la región de Champagne-Ardenne, donde informarse sobre las distintas rutas del champán, las visitas a las cavas y todas las actividades que girán alrededor del mundo del champán, o el Comité del Champagne, con igualmente todo tipo de informaciones y contactos para organizar bien la visita.

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