Una noche en un convento, ¿por qué no?

Disfruta de una estancia en uno de estos lugares donde las órdenes religiosas hallaban acomodo en otro tiempo y hoy son lujosos y modernos hoteles. El espíritu de paz y tranquilidad sigue vivo entre sus muros.

by hola.com

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Hay lugares que, desde sus orígenes, parecen predestinados a que sus huéspedes encuentren en ellos la paz, la tranquilidad, el silencio y el bienestar que buscan. Y así ocurre con muchos de los antiguos cenobios que se reparten por la geografía española, que ya no tienen en sus estancias ni a tan piadosos huéspedes ni conservan su austeridad original, ya que el lujo y las comodidades actuales han tomado el relevo. Buena prueba de ellos son los spa, que, como todo en estos espacios, han sido ideados para el relax del cuerpo y la mente. Te proponemos una selección de hoteles-convento para que vivas una experiencia única en un ambiente único. Escucha la larga historia que relatan sus paredes y guarda silencio, por favor.

Convento Las Claras (Peñafiel, Valladolid)
Quien pase una noche en este antiguo convento de clausura fundado en 1606 para las hermanas clarisas podrá contemplar que el moderno hotel en que ha sido transformado guarda intacta su estructura original, sus artesonados y muchos de sus elementos arquitectónicos. El claustro es el centro del edificio y en torno a él se organizan sus estancias. La que fue capilla de clausura es hoy un elegante restaurante y el refectorio sirve de sala de conferencias. En las 64 habitaciones, el ambiente confortable lo aporta la unión de maderas nobles y tonos claros. Los huéspedes tienen a su disposición salones de estar y reuniones, una agradable terraza, jardín con piscina y un completo spa donde es obligatorio dejarse mimar.

Convento de la Luz (Brozas, Cáceres)
A menos de un kilómetro de Brozas se levanta este antiguo convento franciscano del siglo XVI de gran interés artístico. Conserva el patio claustral, la iglesia del convento y numerosas salas de estar abovedadas, que resumen el espíritu del hotel, un lugar donde se aúnan tradición e historia. Las habitaciones, entre las que sobresalen las dos suites, han sido ambientadas en tonos cálidos, con piedra vista en las paredes y camas con dosel y gozan de excelentes vistas y la última tecnología. En el restaurante El Toro de San Marcos se degusta cocina regional.

El Convent (Begur, Girona)
Rodeado de un bosque mediterráneo de encinas y pinos, entre la playa de Sa Riera y el pueblo de Begur, se descubre este escondido hotel que fue en sus orígenes una ermita y que, a finales del siglo XVII, los religiosos de la orden de los Mínimos, convirtieron en convento. El edificio, que conserva la estructura primitiva, respira todo el encanto y la serenidad de sus orígenes. Una larga galería distribuye las habitaciones, que combinan materiales nobles con detalles exclusivos, cada una con su propia personalidad y, la mayoría, con una extraordinaria panorámica desde sus ventanales. Los antiguos huertos del convento son ahora terrazas naturales donde disfrutar de la lectura a la sombra de los cipreses o de un agradable baño en la piscina. En el refectorio se ubica el restaurante y no faltan entre sus servicios los más actuales: sauna, gimnasio, baños de agua de manantial, cabinas de masaje o business center.

Son Brull (Pollença, Mallorca)
La arquitectura y la austeridad en la decoración de este antiguo monasterio del siglo XVII rodeado de campos de olivo te transportarán a un tiempo en el que la contemplación de la naturaleza, la calma y el silencio eran lo común. Todos los rincones del elegante establecimiento, con categoría de cinco estrellas, están cuidados al máximo: desde el blanco de las paredes de sus habitaciones, al spa, un paraíso de agua y de teca donde no queda más remedio que sucumbir; desde la piscina, un elegante campamento de telas, hasta las habitaciones, con sus baños de burbujas y vistas a los campos de olivos y a la bahía de Pollença. A sólo diez kilómetros queda la playa. ¿Se puede pedir más?

El Convent (La Fresneda, Teruel)
De lo que fuera una iglesia del siglo XVII perteneciente a los monjes Mínimos de San Francisco de Paula sólo conserva las paredes del templo y la fachada, pero la calma y el silencio siguen vagando por sus estancias. Se ubica en La Fresneda, uno de los pueblos declarados conjunto histórico artístico de la comarca turolense de Matarraña. Las habitaciones se reparten en las dos plantas de la construcción y sobresalen las de la primera, que conservan azulejos, suelos y mobiliario de principios del siglo XX. Las antiguas capillas acogen pequeños saloncitos convertidos en minicomedores y zonas reservadas, y el jardín -de 4.000 m2- es un espacio para disfrutar. En el restaurante se degustan platos de la cocina tradicional mediterránea.

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