Seguramente has escuchado que el estrés afecta nuestra salud, pero a lo mejor no has considerado que puede perturbar también a la piel, haciendo que además de perder su lozanía y vitalidad se vea afectada la sanidad del que es el órgano más grande del cuerpo humano. La buena noticia es que podemos detectar la respuesta natural de nuestro cuerpo ante el estrés y hacer todo lo necesario para volver a tener una dermis impecable y saludable.

RELACIONADO: Eva Mendes y su secreto matutino de belleza

La mejor manera de monitorear los niveles de estrés en la piel, es observarse en el espejo con frecuencia para notar los posibles cambios en la textura y apariencia de la misma. Aquí algunos de los signos más comunes que pueden delatar cómo la tensión, el nerviosismo y la ansiedad pueden estar afectándola.

Estudia tu piel constantemente para saber que le afecta

RELACIONADO: ¡Adiós al acné! Las 4 mejores recetas latinas para combatirlo

Piel con grasa en exceso

La aparición espinillas o granos puede ser parte efecto directo del estrés, ya que el cerebro produce en ese estado, adrenalina y cortisol en exceso, estimulando el sistema de defensas y alterando la constitución normal de la dermis. Por eso pueden aparecer episodios de acné, debido a que aumenta la secreción de sebo, obstruyendo los poros. También pueden darse casos de rosácea, que se nota por el enrojecimiento y la inflamación de zonas de las mejillas, frente, barbilla y nariz, acompañada de granos rojos y pus, producto de la segregación excesiva de grasa.

Determina qué te produce las espinillas para poder actuar 

Fuerte sensibilidad

Cuando se sufre de estrés, es común notar cómo la piel se siente vulnerable ante factores externos como el clima o la contaminación, volviéndose más delicada de lo normal. Por la misma sensibilidad, puede ser frecuente la aparición de una dermatitis atópica, que se manifiesta como una erupción en el cuerpo, con enrojecimiento y ardor. Sin embargo, al disminuir el estrés, se liberan menos hormonas y esto ayuda a que desaparezca la reacción alérgica.

Atiende las alertas del órgano más grande del cuerpo

Picor constante y resequedad

Por la liberación de neuropéptidos en muchas terminaciones nerviosas de la piel, la irritación de la dermis o la sensación de prurito se incrementan. Incluso se puede llegar a padecer de psoriasis, que se manifiesta en forma de inflamación, escamas o enrojecimiento en el cuero cabelludo, rodillas o codos, causando comezón y ardor, producto del debilitamiento del sistema inmunológico.

De igual manera, se puede sufrir de urticaria, provocando que se desequilibren las hormonas y generando mayor sensibilidad en la piel, manifestándose con ronchas o habones de color rojo, que causan ardor, picor e irritabilidad.

El cansancio y el estado de la piel van de la mano

Apariencia de cansancio

La falta de sueño y el insomnio se encuentran entre los principales síntomas de este estado de aungustia y tensión. Por eso es inevitable tener un aspecto cansado, que se refleja de manera inmediata en la piel. Dormir por lo menos ocho horas –o las que necesites según tu ritmo normal– será reparador y contribuirá a que tu piel se recupere y tenga mejor apariencia.

Para tener un buen descanso puedes optar por beber infusiones de tilo, toronjil o lavanda, darte una ducha con agua caliente o algún masaje antes de dormir. Te ayudarán a relajarte y dormir las horas de sueño necesarias, que se reflejarán en tu cutis y tu bienestar físico.

Logra manejar el estrés emocional y tu piel lo agradecerá

Sin embargo, lo recomendable será asistir con un especialista o dermatólogo para validar cada uno de estos síntomas y tratarlos de manera específica. Recuerda que lo importante es que detectes los signos a tiempo para buscar las mejores soluciones y para que se restablezca el aspecto saludable y hermoso de la dermis cuanto antes.

Así que… ¡relájate! No dejes que el estrés perturbe tu vida ni el bienestar de tu piel.

Más sobre