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El blanco, uno de los colores neutros por excelencia, es casi imposible separarlo de la época veraniega. Entre los muchos estampados que se acumulan en la retina, el básico permanece inmutable e incluso se vuelve apetecible para lucir con más ilusión el bronceado. Y es verdad que los diseños que se encuentran teñidos por él pasan por el largo maxi, midi hasta llegar al mini, pero es este último el que termina siendo el comodín para esos días de calor. Ariadne Díaz nos recuerda que una silueta simple, con delicados toques, es más que conveniente cuando lo que se quiere es disfrutar del calor y hacerlo de la manera más despreocupada posible: con unos botines estilo cowboy. De hecho, nos demuestra por qué resulta tan fácil de adoptar en el armario por esos días.

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La máxima de los tejidos ligeros -el algodón es el indiscutible rey- se mantiene intacta: la comodidad y la frescura se tornan necesarias, pero si además agrega detalles sobre la tela lo convierte en una opción sencilla pero con un toque naïf. Este Little White Dress de Milly tiene tela de broderie y cuenta con un cierre posterior. Lo consigues en Revolve a $345.

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Asimismo, cualquier punto que le otorgue -más- frescura, romanticismo y movimiento, como los volantes, serán claves para convertirlo en la prenda ideal para lucir las mañanas soleadas. Fíjate en este vestido de BB Dakota ($105) elaborado en tela de encaje mucho más visible en el ribete.

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