Este es el verdadero motivo por el que los gorilas se golpean el pecho
Científicos han logrado entender el significado de unos de los gestos más icónicos de estos primates
Los gorilas de montaña tienen un gesto muy famoso con el que transmiten una serie de significados que han sido descifrados por la comunidad científica: golpearse el pecho. Con este común despliegue que tienen estos primates de resonar sus manos sobre su cuerpo a manera de tambor pueden comunicar información sobre su tamaño corporal y permitir la identificación de los individuos. Esto es lo que sugiere un estudio publicado en la revista “Scientific Reports”.
Cuanto más grande es un gorila macho, mejor se golpea el pecho para indicar a sus amigos y enemigos lo poderoso que es. Así lo han confirmado el resultado de esta investigación. Por su parte, las hembras prestan atención al golpeteo de las manos en el pecho cuando evalúan a una pareja, mientras que para otros machos es una advertencia de que no busquen pelea.
“Este comportamiento es el clímax de una demostración: el gorila empieza a hacer vocalizaciones similares a aullidos cortos, se pone de pie y corre sobre las piernas mientras se golpea fuertemente el pecho con las palmas de las dos manos alternativamente, produciendo un sonido impresionante, como el redoble de un tambor”, explica el profesor de psicobiología de la UB Jordi Galbany.
Los investigadores concluyen que es también un poderoso medio de comunicación en el denso hábitat tropical donde viven los gorilas. Otro detalle interesante es que los golpes de pecho realizados por machos adultos, conocidos como lomo plateados por el color del pelo de su espalda, se pueden escuchar a más de un kilómetro de distancia.
Los lomo plateados usan golpes de pecho para advertir a los competidores masculinos y cortejar a las hembras en una demostración de tamaño y fuerza. Los gorilas machos aprenden a golpear el pecho desde una edad temprana, practicando la habilidad a medida que crecen.
Se cree que los sonidos están relacionados con el tamaño de los sacos de aire cerca de la laringe, que se encuentran en los gorilas y algunos otros grandes simios (pero no en los humanos). Estos están involucrados en los gruñidos y llamadas que hacen los gorilas, así como en el golpeteo de pecho no vocal.
