Muchos vegetales que consumimos actualmente, aunque no lo sepamos, están modificados genéticamente. Ni las matas de tomates que acaban en nuestras ensaladas, ni las espigas de maíz eran así originalmente, por poner algún ejemplo. El ser humano ha ido domesticando las plantaciones para conseguir frutos más apetitosos, bonitos o resistentes a las plagas.
19/11/2018 10:26 UTC Por Cristina Soria