Cuando las vacaciones se encuentran ya a la vuelta de la esquina, a los estudiantes les queda aún una dura prueba que pasar antes de la diversión y el merecido descanso: los exámenes. Son fechas que marcan un ritmo muy exigente y un horario estricto a todos los niños y jóvenes en edad escolar.
Esta situación genera una etapa de estrés, sobrecarga emocional, psicológica y física que debe ser afrontada por los estudiantes de forma serena para intentar que esos días no les desborden, en la medida de lo posible. Por ello, existen una serie de recomendaciones que pueden venirles muy bien a los jóvenes que están en época de exámenes.
Un aspecto fundamental es el de la alimentación, que debe ser de características especiales. La dieta en edad escolar y en época de exámenes debe aportar suficiente cantidad de calorías, en base sobre todo a los alimentos energéticos que las proporcionan. Además, el aporte de proteínas debe mantenerse y ser suficiente para garantizar el crecimiento, y las cantidades de vitaminas, oligoelementos y, sobre todo, de calcio y de hierro deben ser las adecuadas para así evitar posibles desviaciones y carencias.
Los cereales, la pasta, el pan y las galletas son algunos de los alimentos que contienen hidratos de carbono en mayor proporción y, por tanto, aportan gran cantidad de energía a la dieta. Las grasas también son elementos energéticos. Son las que tienen mayor cantidad de calorías y su presencia en forma de aceite de oliva o de mantequilla es muy importante, pues son el vehículo de las vitaminas liposolubles (A, D y E) fundamentales para el crecimiento.
Las proteínas en la dieta de los niños tienen enorme importancia. Las carnes, pescados, huevos y legumbres deben estar presentes siempre en la dieta. Las necesidades de proteínas se encuentran alrededor de 1,5 gramos por kilo de peso y día, teniendo la peculiaridad de que, al no almacenarse, su ingestión debe ser diaria.
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