¿Entonces cuál es la solución para vivir con tacones altos sin estropearse los pies? El señor Ho, pedicuro de Catherine Deneuve, aconseja vivir a la asiática y descalzarse al llegar a casa. Las modelos recomiendan adoptar la postura con los pies apoyados en la pared, costumbre que han adquirido durante sus clases para desfilar por la pasarela, como lo explica Julia Lemigova, ex modelo y creadora del Institut de Massage Joya. Desde aquella época, Julia duerme con los pies en alto y para no correr riesgos, alterna tacones altos con tacones planos, además de darse un automasaje de pies a diario. Bastien Gonzalez, el podólogo más famoso de París, aconseja hidratar los pies todas las noches. "Tres minutos son suficientes para conservar la elasticidad del cojín adiposo". Tiene que ser una rutina como la de lavarse los dientes, nos dice.
Y para prevenir los dedos en martillo y la retracción del tendón de Aquiles, es conveniente masajear las articulaciones y estirar los gemelos todos los días. También es bueno sumergir los pies en agua templada una vez por semana y después hacer una exfoliación con un producto específico para ablandar las callosidades. "Así, la planta del pie se vuelve tan suave como la piel de un bebé."
Apoyo invisible En las farmacias y parafarmacias se encuentran pequeñas plantillas, a modo de "cojines", que se colocan justo en la parte delantera del calzado para así atenuar la presión que se sufre al llevar tacones, lo que reduce considerablemente las molestias. Entre las más novedosas se encuentra el modelo Party Feet de Dr. Scholl, que tienen la ventaja, frente a otros modelos, de ser especialmente finas. Y es que algunas de estas plantillas, al tener cierto grosor, pueden restar espacio en el interior del zapato, lo que llega a resultar incómodo. Este tipo de plantillas son lavables, pero ¡cuidado al descalzarse, porque no son precisamente sexys!
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