Para intentar disminuir este desconocimiento se organiza esta jornada, auspiciada por el Grupo de Enfermedades Cardiovasculares de la Sociedad Española de Neurología. Y es que es importante destacar la importancia de conocer una enfermedad frente a la que hay que luchar contrarreloj, pues los mayores logros se consiguen en las primeras horas de haberse producido.
Pero, ¿qué es exactamente un ictus o infarto cerebral? Se trata de un trastorno brusco de la circulación cerebral que altera la función de una determinada región del cerebro. Suele afectar a personas mayores, pero también puede sobrevenir a personas más jóvenes. El ictus puede ser isquémico o hemorrágico. El primero, que supone el 85% de los casos, se produce por una obstrucción del flujo sanguíneo que puede ocasionar la lesión o la muerte de las neuronas. El ictus hemorrágico (el 15% de los casos) se produce como consecuencia de la rotura de un vaso cerebral. Cuando los síntomas de la isquemia (disminución del riego) duran menos de 24 horas, se habla de ictus menor o ataque isquémico transitorio (AIT). En este caso, aunque los síntomas desaparecen, la persona afectada tiene un riesgo muy elevado de sufrir un infarto cerebral en los días siguientes, por lo que debe acudir urgentemente al hospital.