Nuestra Reina no tiene remilgos para decir las cosas tal cual son y denunciar injusticias tales como el analfabetismo en las mujeres, la mutilación genital femenina, el matrimonio infantil, la diferencia salarial y la violencia doméstica.

La Reina recibió, de manos del Rey, un premio por su firme compromiso contra la violencia doméstica y de género.

La reina Letizia aporta una gran experiencia profesional a su papel de reina del siglo XXI. En la imagen, durante la entrega de la 22ª edición de los Premios de la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas y Empresarias (FEDEPE).

“Cada niña nacida en cualquier lugar del mundo debería tener la posibilidad de elegir lo que quiere en la vida porque es maravilloso ser una mujer... o al menos debería serlo”, no se cansa de defender la reina Letizia.

La constancia, el trabajo y la dignidad de Isabel II han normalizado, de forma natural, la idea de que una mujer esté al mando.

Winston Churchill predijo otra Edad de Oro bajo una segunda reina Isabel cuando prometió su lealtad a la muerte de su padre el rey Jorge VI.

“Famosos han sido los reinados de nuestras reinas. Algunos de los más grandes períodos de nuestra historia se han desarrollado bajo su cetro”, declaró Winston Churchill en tiempos de guerra.

La estrella de The Crown, Olivia Colman, que llevó su personaje a la pantalla, declaró sentir profunda admiración hacia Su Majestad y se refirió a ella como “la máxima feminista”: “Es el soporte de la familia. Es la que aparece en nuestras monedas y billetes. El príncipe Felipe tiene que caminar detrás de ella”.

Hasta la época de Diana de Gales, los ideales victorianos marcaron los límites de la conducta de una consorte real, pero ella lo cambió todo.

Cuando la gente creía que su atención estaría centrada en elegir diademas y cortar cintas en las inauguraciones, Diana de Gales caminó literalmente por campos de minas, estrechó la mano de pacientes con SIDA y tocó a los intocables de la India.

Al final de su vida, Diana de Gales se enorgullecía al afirmar que era “una mujer fuerte haciendo su parte”.

Máxima de los Países Bajos dio su alerta roja junto a la política holandesa de ascendencia surinamesa, Elvira Sweet, en un simposio por los 40 años de lucha contra la violencia doméstica.

“Si querer que todas las mujeres tengan libertad de elección y oportunidades es ser feminista, yo soy feminista”, declaró Máxima de Holanda ante Angela Merkel, que no pudo estar más de acuerdo con ella: “Entonces yo también lo soy”.

La reina Máxima, defensora Especial de las Naciones Unidas, promueve el acceso a cuentas bancarias, seguros, préstamos y pensiones como una solución para transformar la vida de las mujeres.

Dirigiéndose a sus tropas en 1588 antes de la batalla con la Armada Española del rey Felipe II, la reina Isabel I dijo alto y claro: “Sé que tengo el cuerpo frágil y débil de una mujer, pero tengo el corazón y el estómago de un rey”.

La reina Victoria, la abuela de Europa, contribuyó directamente al empoderamiento al hacer reformas a la monarquía según criterios femeninos.

Rania de Jordania levanta su voz por la igualdad de género, abordando temas espinosos como la violencia doméstica, los asesinatos por honor, el abuso infantil y el extremismo religioso.

En la era moderna, la indomable reina Rania es un faro de fuerza femenina.

María Teresa de Luxemburgo, embajadora de la Unesco y de Unicef, lanzó el año pasado Stand Speak Rise Up, un ambicioso proyecto que lucha contra de la violencia sexual en zonas de conflicto.

La gran duquesa María Teresa lleva mucho tiempo involucrada en tareas de empoderamiento femenino, abordando la educación igualitaria como premisa básica.

La Gran Duquesa pasa tiempo conversando con las mujeres para conocer de cerca los retos a los que se enfrentan.

“Debemos asegurarnos de que el silencio que esconde el dolor y el sufrimiento se convierta en voces de esperanza”, dijo la Condesa de Wessex a los líderes del Commonwealth en un discurso que proponía “una paz feminista”.

“Es interesante que cuando mucha gente habla de empoderamiento femenino dice que hay que ayudar a las mujeres a encontrar su voz. Yo estoy fundamentalmente en desacuerdo con eso porque las mujeres no necesitan encontrar su voz, ya tienen voz. Ellas necesitan sentirse empoderadas para usarla y la gente necesita ser alentada para escucharla”, dijo Meghan Markle en uno de sus primeros discursos feministas como prometida del príncipe Harry.

¿Quién puede olvidar el apasionado discurso de Meghan sobre el sufragio femenino en Nueva Zelanda, pronunciado frente a un retrato de Isabel II? Fue un recordatorio de que la Duquesa estaba allí con la bendición de la abuela del príncipe Harry, alineando sutilmente a la monarquía con los valores del siglo XXI.

El año pasado por estas fechas, la Duquesa de Sussex presidía una conferencia con motivo del Día Internacional de la Mujer y bromeaba diciendo que sentía “la patada embrionaria del feminismo”.