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Esta pintura de Erik A Frandsen cobra todo el protagonismo en el futuro despacho de la princesa Mary, en el que, como en la mayoría de las dependencias, destaca el austero suelo de madera no barnizada

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El gran hall, la habitación más solemne y majestuosa de toda la residencia, cuyo balcón da al patio central de Amalienborg

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Pintura de brillantes colores de Tal R en el estudio destinado al príncipe Federico en la que va a ser su nueva residencia

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Sala de reuniones

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La sala de reuniones está presidida por esta obra de Eske Kath en el techo, en la pared aparece apoyada la pintura sobre la que se han basado para crear el fresco del techo

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Detalle de la pintura de Erik A Frandsen que preside el despacho de la princesa Mary

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Detalle decorativo de Erik A Frandsen en el salón de banquetes

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Trabajo artístico de Erik A Frandsen para el salón de banquetes. Los príncipes han confiado en artistas contemporáneos nórdicos para actualizar el pabellón Federico VIII, construido en 1827

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Ornamentación con juego de luces, diseño de Olafur Eliasson, en la escalera

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Orginal pintura de Morten Schelde en la sala de recepciones

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Pintura de Katrine Ærtebjerg en el office contiguo a la sala de lectura y música

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Pintura de Kaspar Bonnén en el comedor

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Los ventanales de palacio y la lámpara de araña cobran protagonismo en el comedor

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El hall verde

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Amplia vista del salón de banquetes, una de las habitaciones destinadas a recepciones

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Obra de Erik A Frandsen

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La sala de lectura y música, con el office a la derecha y otra sala a la izquierda, serán una de las dependencias privadas para los Príncipes y sus hijos, Christian e Isabella

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Hall con vistas al jardín, esta impresionante sala está opuesta al hall principal y tiene vistas a los jardines de palacio

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Nueva vista del comedor en el que se observa perfectamente el perfecto juego de estilos, la solemnidad de molduras, puertas y lámparas contrasta con la contemporaneidad que le dan el suelo y las pinturas