Hace cuatro años que la princesa Magdalena de Suecia se instaló en Nueva York, tiempo más que suficiente para que ya haya abrazado muchas de las costumbres estadounidenses, como la fiesta de Halloween. Una noche en la que no pueden faltar las tradicionales calabazas, motivo por el cual la Princesa ha participado en una recolección junto a su hija la princesa Leonore, a la que se ha hecho referencia con el tierno apodo de “calabaza dulce”.
La princesa Leonore –que vestía unas zapatillas deportivas de animal print muy a la última - ha cumplido ya los ocho meses y se muestra muy despierta y risueña, sobre todo en comparación con las últimas apariciones en el Palacio Real en las que siempre había estado durmiendo plácidamente ajena a los aplausos y vítores de los suecos.
Magdalena de Suecia compagina su faceta como madre con su importante papel en la fundación World Childhood -creada y presidida por la Reina Silvia- e invierte el tiempo libre en disfrutar de le pequeña y de su marido. Así que es frecuente verlos con ropa cómoda paseando por Central Park, empujando el carrito de la princesa como dos neoyorquinos más.
Su participación en la tradicional recolección de calabazas es sólo una muestra más de lo adaptada que esta la hija pequeña de los Reyes de Suecia a la Gran Manzana, no en vano allí conoció al que hoy es su marido y allí ha nacido su primera hija. Sin embargo, hace unas semanas la Casa Real emitió un comunicado confirmando que el matrimonio podría estar pensando en mudarse a Europa con el fin estar más cerca de ambas familias. Así que igual este es el último Halloween que la familia de la Princesa vive en tierras americanas.
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