El príncipe Carlos Felipe y Emma Pernald han roto después de diez años de relación

"Hemos decidido tomarnos una pausa. Se trata de una decisión conjunta. Pero no voy a comentar el porqué ni otros asuntos", declaró la joven

Por hola.com

Paradojas de la vida días después de que la [princesa Victoria] y Daniel Westling anunciaran que se prometerán amor eterno, otros novios eternos, el príncipe Carlos Felipe y Emma Pernald, han hecho público que a ellos el amor se les ha roto. Una relación de casi diez años. Lo ha confirmado hoy a varios medios escritos suecos una de las partes de este corazón partío: Emma. "Hemos decidido tomarnos una pausa. Se trata de una decisión conjunta. Pero no voy a comentar el porqué ni otros asuntos", declaraba a Expressen; "necesitábamos tiempo para pensar", a la página web de la revista Svensk Damtidning, así como, entre otros detalles de la ruptura, que la decisión había sido tomada el pasado domingo y que siguen siendo amigos.

Los rumores de separación de la pareja, que en agosto hubiera cumplido una década de relación, han sido continuos en los últimos meses en la prensa sueca. Las especulaciones surgieron el pasado noviembre, a raíz de que el Príncipe viajara de vacaciones a Tailandia con unos amigos, incluidos su hermana la [princesa Magdalena] y el novio de ésta, Jonas Bergstrom, pero sin Emma. Otras fotos del Príncipe bailando con una chica en una discoteca del centro de Estocolmo alimentaron los rumores, aunque luego se supo que era la novia de un amigo, también presente esa noche. La propia Emma desmintió a un diario sueco la separación. Su ausencia en las vacaciones y en actos públicos en los últimos tiempos era a causa de la enfermedad de su padre, según la prensa.

La reaparición pública de la pareja en la boda de sus amigos Otto Thott y Ulrika Ringstrom, el pasado mes de diciembre, en la iglesia de Djurgarden (Estocolmo), se convirtió en la prueba de que seguían juntos. El desmentido de todas las especulaciones. El río con rumor y sin agua. Pero no. Volvieron a revivirse dimes y diretes estos días al conocerse que la fiebre (según una fuente cercana a la pareja) no había dejado a Emma asistir a ninguna de las celebraciones en el Palacio Real de Drottningholm con motivo del anuncio del compromiso de boda entre la [princesa Victoria] y su novio, Daniel Westling, aunque sí le había permitido llamar por teléfono a los recién prometidos para felicitarles.

Puestos a buscar culpables de la ruptura, no se salva ni el enlace. Algunos rotativos apuntan que el compromiso definitivo de la Heredera sueca ha jugado un papel importante en la separación del príncipe Carlos Felipe y Emma: confirmada finalmente la Boda Real (con mayúsculas) tras años de espera por las supuestas negativas de los Reyes, todos daban por descontado que los siguientes en anunciar su compromiso serían ellos. Pero según las conjeturas periodísticas ambos se han dado cuenta de que, a pesar de lo mucho que se quieren, no se encuentran preparados para tomar esa decisión y por ello han preferido tomarse una pausa.

Un paréntesis con signo de apertura, pero no de cierre. Ni el príncipe Carlos Felipe ni Emma dan por rota definitivamente la relación; ambos mantienen el contacto y pretenden seguir viéndose, pero no como novios. De momento. Compartieron su decisión el pasado domingo con un grupo selecto de familiares y amigos. Un disgusto en el caso de la familia del Príncipe, especialmente para sus hermanas, las princesas Victoria Magdalena, amigas personales de Emma. La cruz de estos días de alegría prenupcial.