Los Reyes de Suecia y su primogénita, la princesa Victoria, presidieron el pasado martes en el Koncerthuset de Estocolmo la ceremonia de entrega del premio Polar, considerado extraoficialmente el Nobel de la música, así como la cena de gala celebrada a continuación en el Grand Hotel.
El monarca Carlos Gustavo fue el encargado, de acuerdo con la tradición, de entregar el diploma y un cheque por un millón de coronas suecas (unos 100.000 euros) a los dos premiados, la soprano estadounidense Renée Fleming y el grupo de rock británico Pink Floyd. La banda inglesa, envuelta desde hace años en disputas internas, estuvo representada únicamente por dos de sus componentes, el bajista y cantante Roger Waters y el batería Nick Mason.
Una noche de gala La Familia Real sueca compartió protagonismo durante toda la noche con los galardonados, en una gala a la que también acudieron el primer ministro sueco, Frederik Reinfeldt; algunos ministros del actual Gobierno; actores, artistas y personalidades de la cultura y la sociedad suecas.
El premio Polar fue creado en 1989 por Stig Andersson, editor, compositor y representante del grupo Abba, y se empezó a otorgar tres años después. Entre los galardonados en las 17 ediciones celebradas hasta este momento figuran nombres del mundo del jazz (Dizzy Gillespie, Sony Rollins); el blues (B.B. King); el folk (Bob Dylan); la música clásica (Pierre Boulez); el pop (Elton John); y el rock (Bruce Springsteen).
