Solliden, el paraíso de Victoria de Suecia

Por hola.com

Todos los años, la familia real sueca acude a pasar sus vacaciones de verano a la isla de Öland, Solliden, el lugar donde la princesa Victoria celebra su cumpleaños el 14 de julio. Un paraíso floral de estilo italiano que mandó edificar la reina Victoria de Suecia en 1906.
La única propiedad a la que su novio, Daniel Westling, ha sido invitado en diversas ocasiones de una forma más o menos "oficial".

"Quien viene una vez siempre volverá"
Öland, la "perla de Suecia", es un remanso de paz donde florecen varias especies de orquídeas, y su clima suave lo convierte en un refugio ideal para los ruiseñores y otras aves. Pero si la Familia Real acude aquí, se lo debe a la reina Victoria, que solía repetir que "quien viene una vez a Solliden, siempre volverá".

La reina Victoria, nieta del emperador Guillermo II, detestaba el palacio de Estocolmo, donde vivía, y prefería el castillo de Tullgran, en el archipiélago Trosa, donde podía dedicarse a la jardinería y a recibir a la elite intelectual de su país. Sin embargo, la reina era propensa a las enfermedades pulmonares y soportaba con dificultad los inviernos suecos, y poco a poco fue cayendo en la depresión.

Todo un siglo de historia
Su suegra, la reina Sofía, le aconsejó que visitara a Axel Munthe, un médico que ejercía en Roma. Desde entonces, la reina pasaba el invierno en Casa Caprile, en Capri. Este mismo doctor, le recomendó también Solliden, y en la primavera de 1902, Victoria descubrió este lugar y compró un terreno junto al mar, cerca del castillo de Borgholm. Aquí mandó construir un palacio de tres plantas, en ladrillo y piedra, decorado con mármol en el interior, de estilo meridional, a semejanza de su villa italiana de Capri, que tanto añoraba.

La reina se ocupó personalmente de todos los detalles, especialmente del parque, donde se suceden un jardín italiano con estatuas a la sombra de los cipreses; uno inglés hecho de parterres de rosas; y otro holandés con hileras de tulipanes. Aquí la familia real recibía a sus familiares y amigos y, aquí, siguió viniendo el Rey cada verano, incluso después de la muerte de su esposa.