Haakon y Mette-Marit de Noruega: un equipo ganador en Vest-Agder

Por hola.com

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El premio de estos tres días de visita oficial al condado de Vest-Agder no eran medallas de fútbol, ni de ciclismo, ni de senderismo, ni de baile, aunque han practicado todo eso y más: Haakon y Mette-Marit de Noruega se han ganado a su gente a golpe de sonrisa desde que llegaran en el barco real a Flekkefjord el pasado martes por la mañana, y se acercaran al puerto a saludar a las cientos de personas congregadas, antes de seguir viaje a Sirdal, donde fueron recibidos por el alcalde.

El primer punto de la agenda oficial de los Herederos fue una visita a la escuela de Tonstad, donde los esperaba un grupo de veinte alumnos pertenecientes a las distintas nacionalidades representadas en el centro. Luego, recorrieron las instalaciones y atendieron las explicaciones sobre la historia local, antes de trasladarse al salón de fiestas de la Casa de la Cultura para una comida popular, a la que también acudieron muchos lugareños.

Tras reponer fuerzas, los Príncipes visitaron la central térmica de Tonstad, último punto de su agenda en Tonstad, desde donde continuaron viaje a Hægebostad. Allí conocieron a varios talentos locales en el mundo de la música y de la literatura, que recibieron después de una breve demostración de su arte los elogios de los príncipes. Antes de abandonar Hægebostad observaron en una fábrica local cómo se construye una cocina e incluso se animaron a participar en la parte final del proceso, después regresaron al barco real y continuaron el viaje a hacia los municipios de Audnedal y Åseral.

 

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Tras atracar en Lindesnes por la mañana, los príncipes Haakon y Mette-Marit se trasladaron al parque Byremo en Audnedal, donde fueron recibidos por el alcalde y una banda formada por músicos locales. La Princesa inauguró allí un nuevo sendero, que ella y su esposo recorrieron a continuación, acompañados por 26 escolares de primaria.

Bici-exprimidor de naranja
Después de un recorrido por la iglesia de Grindheim, un templo de madera de finales del siglo XVIII, llegó la hora de la comida, antes de seguir viaje a Åseral. Como en otros municipios, fueron recibidos de nuevo por el alcalde de turno y un grupo de niños frente a la escuela local. La integración fue el tema principal de la visita al centro. Un grupo de niños birmanos cantó para la Princesa, que recordó luego en su discurso el efecto que en ella causó su visita a ese país asiático a principios de año. 

Después de un paseo caminando por el centro de Åseral, en el que se detuvieron a charlar con algunos vecinos, siguieron hasta el centro cultural Minne, donde la princesa Mette-Marit inauguró una exposición digital y el príncipe Haakon descubrió una estatua en su exterior. La actuación de un coro local cerró la visita. Los Príncipes se trasladaron luego al barco real, anclado en Mandal, donde celebraron una recepción oficial para autoridades locales. La princesa Mette-Marit lució para la ocasión el traje regional de Vest-Agder.

Por la mañana, los Príncipes fueron en barca hasta el puerto para luego continuar viaje por tierra hasta Marnardal, donde esperaba una jornada llena de actividades. Después de los habituales discursos y la interpretación de piezas musicales en la Casa de Cultura, siguió una visita a la zona de recreo de los niños y jóvenes. Los príncipes Haakon y Mette-Marit quisieron participar ellos mismos con los jóvenes en varias actividades, como danza, voleibol y una ronda de penaltis. La Princesa probó también una bicicleta conectada a un exprimidor para producir un zumo de naranja.

'Orgullosa' de su condado natal
En el municipio de Songdalen, comenzaron luego el programa en el museo etnológico de Porsmyr, al que siguió una visita a un centro de voluntarios, donde charlaron con un grupo de madres inmigrantes. El parque de Haugen cerró la visita a Songdalen y al condado de Vest-Agder. La princesa Mette-Marit agradeció en un discurso el buen trato recibido durante tres días y dijo sentirse "orgullosa" de poder llamar a Vest-Agder su condado natal.

Como una prolongación del programa oficial, la princesa Mette-Marit viajó más tarde a Kristiansand, su localidad de nacimiento, para abrir un centro medioambiental. Un grupo de niños le regaló una obra de arte elaborada a partir de basura a la Princesa, que también recibió una cesta con verduras y hortalizas y un libro de cocina. Pero fueron las numerosas muestras de cariño el mejor regalo.