"La bomba y los disparos querían cambiar Noruega. El pueblo noruego respondió abrazando nuestros valores. El autor de los atentados, Breivik, fracasó. La gente ganó". Con estas palabras ha comenzado el discurso del primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, pronunciado en la apertura del programa de actos del primer aniversario de los atentados en los que murieron 77 personas.
"Hoy debemos recordarnos unos a otros que el amor es eterno: la llama de la vida se ha apagado, y el dolor deberán llevarlo para siempre, pero los cálidos recuerdos nadie se los puede quitar", les dijo el primer ministro a los familiares de las víctimas, en una ceremonia a la que asistieron los reyes Harald y Sonia de Noruega, los príncipes herederos, Haakon y Mette-Marit, y la princesa Marta Luisa. Tanto la reina como la princesa no han podido contener las lágrimas durante el discurso de Stoltenberg. Cabe recordar que Mette-Marit perdió a su hermanastro, Trond Berntsen, policía de 51 años, en el tiroteo que tuvo lugar en el campamento juvenil de la isla de Utoya.
Stoltenberg llamó a recordar a los muertos "con agradecimiento" y a honrarlos, pero también a apoyar a quienes llevan "heridas visibles e invisibles". Una ofrenda floral realizada por Stoltenberg y el rey Harald cerró el acto solemne, que abrió una jornada dedicada en todo el país a homenajear a las víctimas.
Los príncipes Haakon y Mette-Marit de Noruega han almorzado con los supervivientes y los familiares de las víctimas del tiroteo de Utoya. A lo largo del día, los familiares de las 69 personas asesinadas en Utoya desembarcarán en la isla para rendir su particular homenaje a sus seres queridos. Por la noche, el ayuntamiento de Oslo acogerá un concierto en homenaje a las víctimas al que está previsto que asista Haakon de Noruega y su hermana, la princesa Marta Luisa.
