El tiempo les ha dado la razón a Haakon y Mette-Marit de Noruega. Aquellos que hace una década no vieron con buenos ojos su compromiso (diciembre de 2000) y posterior boda (25 de agosto de 2001) no han tenido más remedio que rendirse a las evidencias: no sólo son un matrimonio feliz, sino también herederos al trono profesionales. Diez años han dado la vuelta al salmón: la que ayer fuera cenicienta del siglo XXI con un país en contra, es hoy una princesa en toda regla y respetada por el mundo entero. Superados los obstáculos de entonces, la princesa Mette-Marit celebra su décimo aniversario como princesa con un documental sobre su vida, que incluye entrevistas con ella con sus familiares y amigos.
Los herederos han supuesto un reto para los soberanos por su forma de entender lo que pueden o no pueden hacer los miembros de la Familia Real noruega. Así lo han confesado los reyes Harald V y Sonia en este programa especial sobre la princesa Mette-Marit, emitido por la televisión pública NRK. "De vez en cuando muestran cierta temeridad, pero también están bien predispuestos. Y el rey tiene mucha experiencia, así que lo escuchan", declara la reina Sonia sobre su hijo y su nuera. El monarca admite que "muchas veces" los príncipes lo han "desafiado" en "pequeñas cosas". "Son correcciones, y entonces nos sentamos, lo discutimos y llegamos a una solución y lo hacemos", dice Harald V, quien en alguna ocasión tuvo que optar por pararlos "de forma prudente".
Que a la princesa Mette-Marit le gusta decidir sobre su propia vida es un hecho que ella misma, así como amigos y familiares, reconocen abiertamente. "Para mí siempre ha sido importante mantener el foco en que soy yo la que decide sobre mi vida, soy yo la que toma mis decisiones y soy yo la que define quién debo ser en ese papel", afirma. Por ejemplo, en el programa se revela que la princesa Mette-Marit desoyó las recomendaciones del ministerio de Asuntos Exteriores noruegos de no viajar a Mali a una conferencia sobre el SIDA, cuando se encontraba de visita de trabajo en Ghana. Pero la princesa hizo valer su opinión y se hizo como quería.
"Si tú estás en desacuerdo con ella, no es precisamente divertido. Y el modo de convencerla no es necesariamente a través de argumentos objetivos, sino con cosas más emocionales o dedicándole tiempo. Pero a menudo consigue que se haga como ella desea", señala Gry Mølleskog, amiga suya y antigua jefa de personal de los príncipes herederos. Sus hermanos coinciden también en destacar el fuerte carácter de la princesa. "Tiene una fuerza de voluntad grande. Y tiene una tendencia a que sea como ella quiere", dice su hermano Espen Høiby. "Todos nuestros hijos saben cuánto los quiere y que puede estar mucho con ellos. Pero a la vez puede estar ausente, enojada e irritada", afirma su esposo, el príncipe Haakon.
Los problemas para compatibilizar el trabajo de princesa con el master que está realizando en la universidad de Oslo han provocado retrasos para acabar a tiempo con los estudios, algo que ha molestado sobremanera a la princesa, como ella misma reconoce. "Una se pone muy triste cuando las cosas no salen como había imaginado. Los estudios habían ido tan bien... Pero es útil darme cuenta de que una se encuentra retos. Me he ejercitado en no ser tan buena, en que no todo puede ser perfecto, y creo que es bueno para mí", admite la princesa Mette-Marit.
La esposa del príncipe Haakon aprovechó este programa especial sobre ella para dar más detalles sobre la relación con su padre, Sven O. Høiby, fallecido hace cuatro años. "Tuve una relación rica, de muchas formas, con mi padre cuando era pequeña", dijo la princesa, que enumeró las innumerables experiencias al aire libre con su progenitor, como jornadas de caza o pesca juntos. "Papá fue un gran ejemplo para mí. Muchas de las cosas que considero buenas cualidades mías hoy me vienen de él", señaló en el programa.
