Hospitales, colegios, fundaciones... y, según en qué país, incluso iglesias pueden llevar nombres de reyes, reinas, príncipes y princesas. La princesa Mette-Marit cuenta en Miami con una parroquia luterana noruega en su honor. Aunque en España no es costumbre, en Noruega hay tradición de bautizar estos templos como a miembros de la Familia Real. En Estocolmo, por ejemplo, existe una iglesia princesa Marta, por la esposa del rey Olaf V; en París, otra se llama reina Sonia; la de Nueva York se conoce como rey Olaf; la de Torrevieja es princesa Marta Luisa, y la de Copenhague, rey Haakon.
Y ahora Miami tiene también la iglesia princesa Mette-Marit, que funcionará además como centro cultural y social. La esposa del príncipe Haakon, quien realiza estos días una visita oficial a Nepal como embajador de buena voluntad del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, llegó el viernes a la ciudad estadounidense del sureste de Florida para participar en la cena que arrancaba el programa de actos de inauguración del nuevo templo.
El acto inaugural comenzó con una ceremonia religiosa a cargo del obispo de la diócesis de Bjørgvin, Halvor Nordhaug, a la que siguió un discurso pronunciado por la invitada de honor: la visitante real. La princesa Mette-Marit, que conquistó por su simpatía y por su elegancia, resaltó que estos templos (conocidos en Noruega como Iglesias de los marineros) actúan a modo de "embajadores espirituales" y sirven para apoyar y reunir a los noruegos en el extranjero. Ella hizo lo propio.