Como anunciábamos la semana pasada, el rey Harald ha viajado hasta Florida para celebrar entre olas y palmeras su 67º cumpleaños y participar, a su vez, en la que será su primera regata -la 63ª edición de la prestigiosa The 2004 Acura SORC, una de las más importantes de Estados Unidos durante el invierno-, después de que se le diagnosticara, el pasado mes de noviembre, un cáncer de vejiga.
Sonriente y con muy buen aspecto, que confirmaba la notable mejoría del soberano, aterrizó Harald de Noruega en la ciudad en la que, hacía algunos meses, padeció los primeros síntomas de su enfermedad. No obstante, "aquel terrible susto" estaba prácticamente superado. El monarca volvía a ser, de nuevo, el mismo hombre alegre y apasionado del mar que siempre fue. Dio sobradas muestras de ello, mientras se preparaba para una dura competición, que se prolongará durante 4 días, con 24 embarcaciones de la misma clase, FARR 40, en la entrevista que concedió a los medios de comunicación noruegos. "Dije a los chicos, cuando estaba en el hospital, que no cancelaran este viaje. Y aquí estamos".
El rey Harald se sincera con los periodistas Durante su abierto encuentro con la prensa escandinava, el monarca habló de su enfermedad, de la regencia de su hijo, el príncipe Haakon, y de su relación con su hermana a raíz de las declaraciones que hiciera ésta hace algunas semanas en un programa de televisión. No quiso guardarse nada para sí. Tras haber superado con éxito este achaque, el rey Harald no ha tenido inconveniente en compartir su experiencia con sus conciudadanos. "En ningún momento reaccioné aterrado por el pánico, pero sí es cierto que estaba preocupado cuando llamé al médico. Pensaba que esto no podía pasarme a mí. Antes de decidirme a marcar el número, esperé una hora. Entonces los médicos me atendieron y dejé de temer. Pensé que todo se arreglaría otra vez".
